José López apoyó el arma y golpeó la puerta del convento de General Rodríguez. Cuidadoso, eso sí, apoyó su arma y dejó un par de bolsos. Esa mañana de hace poco más de cuatro años recorrió el mundo. Detenido y abrumado, López confesó en la causa de los cuadernos, que aquella madrugada que pareció robada de una película de ficción de poca categoría, había recibido un llamado de Fabián Gutiérrez para mover ese dinero de lugar. Hoy, el exsecretario de Cristina Kirchner desapareció y solo se ha encontrado un celular que la Justicia ya comprobó que le pertenece. Lo demás son, por ahora, especulaciones.
Mientras los rastrillajes para ubicarlo se intensifican y las versiones corren, la historia de Gutiérrez y su relación con la vicepresidenta se potencian.
"Pasada una semana de la asunción presidencial Kirchner me convoca a su despacho y me dice que mi tarea concreta sería el acompañamiento de la primera dama. Yo no recibí muy gustoso esa tarea. Dado el carácter que tenía la senadora, nadie quería trabajar con ella. Mi tarea junto a Cristina era acompañarla a todos lados, de sol a sol, porque yo estaba solo con ella. Tenía un solo franco al mes", dijo el exsecretario de la entonces senadora y primera dama.
Luego siguió. "También la acompañaba a los viajes oficiales como primera dama. En esas ocasiones la acompañaba cuando iba de compras. Ella elegía lo que quería comprar y luego iba yo con el dinero y lo retiraba. Las sumas rondaban entre los cuatro y los seis mil dólares por cada viaje. Renuncié el 25 de mayo de 2005, cuando volvíamos de Jerusalén. Yo fui al baño y ella me requirió y no estaba. Discutimos y renuncié. Estaba muy cansado, estuve 4 meses sin francos", confesó ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli en octubre de 2018.
Pocos días después, contó en una ampliatoria que a aquellas compras las pagaba siempre en efectivo. "La plata me la daba ella, en dólares billetes", precisó.
"Ella como primera dama tenía un despacho al lado del de Kirchner. Iba por las noches y en esos momentos podía ver a José López y Ricardo Jaime. José López venía con más frecuencia llevando bolsos. Respecto de Jaime era frecuente verlo con una mochila. Una vez que se reunía con Kirchner, con lo que traían esas personas, Muñoz se retiraba por tierra", agregó. Habló varias veces de bolsos y dijo que jamás vio qué tenían. Como varios en la causa, apuntaron a Muñoz como el hombre encargado de los bultos y las valijas con candado, sensibles.
Después de 2005, volvió a El Calafate. Cuenta que le pidió trabajo a José López y que este no lo atendió. Finalmente, cuando Cristina Kirchner estaba por asumir como presidenta, lo volvieron a llamar. Entonces, dice, no tuvo funciones específicas. Le tocaba acompañar al matrimonio, en especial, a la entonces presidenta. Iba y venía a Santa Cruz en el Tango 01. "Muñoz, la mayor parte de los viajes, llevaba las valijas con candado. Era el único que las tocaba y permanecía en la parte trasera del avión, pasando el área presidencial, entre el área que solían ocupar los periodistas y la cocina. El equipaje del matrimonio presidencial viajaba en la bodega del avión", relató.
Fue, además, uno de los que dio detalles de los movimientos cuando llegaban a Santa Cruz. "Cuando llegábamos a la residencia de El Calafate, cuando llegaba Muñoz, Kirchner nos hacía retirar. En esa casa yo no vi bóvedas, pero existía un lugar bajando la escalera donde había una puerta placa color blanca, cerrada, donde siempre decíamos los secretarios que ahí estaba la historia, en relación al lugar donde se guardaban los bultos. Era el único lugar de la casa al que no tenía acceso, siendo que me desplazaba con absoluta libertad por toda la casa", agregó en su confesión.
Contó que en Río Gallegos pasaba algo similar. "Cuando llegaba Muñoz nos hacían retirar a todos por una hora", dijo. Luego se explayó. "Al lado del gimnasio había un lugar de similares características al de El Calafate que relaté", agregó.
López lo había aludido como la persona que le había entregado los bolsos. Ante el Tribunal Oral Federal (TOF) N°1, que lo juzgaba por el episodio del convento, el exsecretario de Obras Públicas había dicho: "El dinero de los bolsos no era mío, era de personas de la política. Era de personas vinculadas a la política de las cuales no puedo hablar. No es una persona, sino varias. Ni yo mismo sé quiénes son todos, ni quiero saberlo".
Poco tiempo después, ante Bonadio, dijo que los casi nueve millones de dólares se los había dado Fabián Gutiérrez. Sin embargo, este, en su declaración como arrepentido, negó que fuera cierta esa entrega. "Ni siquiera estaba en Buenos Aires", se defendió.
Anoche, en Santa Cruz, se iniciaron los patrullajes. Corren contra reloj para encontrarlo y entregar alguna certeza. Mientras, todo es reino de las especulaciones.
Fuente: La Nación