La Argentina propuso “compartir la experiencia de crecimiento” basada en la promoción del empleo con inclusión social, en contra de las políticas de ajuste que promueve el FMI para sacar a las economías de las crisis. Esta fue la posición enviada por el ministro de Economía, Amado Boudou, a la Asamblea Anual del organismo y el Banco Mundial.

Además, reiteró la necesidad de repensar el rol de las calificadoras, llamó a revisar el concepto de “economía sobrecalentada” que el staff del Fondo le endilgó a países como la Argentina, y enumeró los pasos que está llevando a cabo para la normalización de las relaciones con el FMI y la comunidad financiera, tras el default heredado. “Creemos que el problema del denominado sobrecalentamiento debe ser revisado en el marco de que existen economías que enfrentan una doble recesión (en la jerga, W). Países como Argentina con 80% de capacidad instalada, 7% de desempleo y altas tasas de inversión no deberían ser considerados en esta categoría. Los frenos no pueden de por sí ponerse a países que están empujando a la economía global fuera de la recesión”, consideró el país en la declaración.