Autoridades sanitarias recomendaron frente a la ola de calor que “hay que hidratarse, no tomar Sol de 10 a 17 horas, tratar de evitar la actividad física y mantener una dieta liviana con frutas y verduras”.

El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Alejandro Collia dijo por estas horas que “las consultas han aumentado pero tenemos un sistema sanitario fuerte con los hospitales provinciales, municipales y con los 1.600 centros de salud. La problemática está controlada porque la mayoría de los cuadros se solucionan con hidratación”.

Por su lado, el Ministerio de Salud de la Nación viene recomendando beber abundante agua, comer alimentos frescos, vestir ropas sueltas y claras y prestar atención al ánimo de los bebés ante una ola de calor como la que está atravesando Argentina.

Las altas temperaturas son peligrosas, en especial para los bebés, los niños pequeños, las personas mayores de 65 años o aquellos que padecen enfermedades crónicas, por lo que hay que prestar mayor atención sobre estos grupos de la población. Los hábitos saludables son los mejores aliados a la hora de contrarrestar posibles malestares frente a las altas temperaturas, y la ingesta de frutas y verduras frescas, y la elección de agua en lugar de bebidas alcohólicas, resultan clave.

En ese sentido, el Ministerio de Salud de la Nación recuerda a la población que adoptando sencillas medidas de cuidado se pueden evitar complicaciones para la salud en esta época del año.

Para la población en general se recomienda tomar mucha agua durante todo el día, consumir alimentos frescos, como frutas y verduras, evitar las bebidas alcohólicas, muy dulces y las infusiones calientes, usar ropa suelta, de materiales livianos y de colores claros, tomar líquido antes, durante y después de practicar cualquier actividad al aire libre y protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una sombrilla. Para los lactantes se recomienda darles el pecho con más frecuencia, hacerlos beber agua fresca y segura y trasladarlos a lugares frescos y ventilados.

Aunque los especialistas sostienen que los protectores solares son seguros en la mayoría de los niños pequeños y niños mayores, estos deben estar bien cubiertos con ropa y sombreros y deben mantenerse alejados del sol durante los períodos de máxima luz solar. Los menores de seis meses no deben usar protectores solares sin consultar con un médico, explicaron. Recomiendan tomar sol después de las 17, protegerse en la nieve, en el agua, en la arena y usar factor 20 como mínimo.

Asimismo aconsejan proteger partes sensibles como zonas calvas, orejas, cuello, nariz, empeines y manos. También sugieren que no está garantizado que la piel este bien protegida si se usan bronceadores comprados el año anterior.

Según la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), todos los protectores solares, aun los resistentes al agua, deben ser reaplicados luego de dos horas de exposición continua al sol; cada vez que se sale del agua; luego de secarse con toalla o después de practicar deportes.

Fuente: Télam