Cuando las crónicas y análisis del día después de los primeros cambios en el Gabinete nacional, tras el regreso de Cristina, lo ponían del lado de los vencedores en la puja interna en el Gobierno, el polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, tiró la toalla: presentó su renuncia a la Presidenta, que como premio consuelo lo designó en un puesto de segundas líneas en la embajada argentina en Italia a partir del 2 de diciembre.
Así lo informó el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro quien no precisó quién reemplazará a Moreno al frente de Comercio Interior. En la Casa Rosada, se especula que será el nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof, quien designe a otro secretario de Comercio Interior, una vez que asuma en su cargo.
Con un estilo de confrontación permanente, con disputas hacia dentro y fuera de la administración Kirchner, y hasta con un trato poco urbano, Moreno quiso instalar un estilo de puja y lucha que lo llevó hasta los estrados tribunalicios en varias oportunidades.
Moreno, con la polémica ley de Abastecimiento en la mano, intentó amedrentar a empresarios y comerciantes, y cuando no lo logró, apeló a organizar marchas y boicots, en contra de aquellos quienes se animaron a desafiar su conducta autoritaria. De la mano de Néstor Kirchner, ingresó en los primeros meses de 2005 como Secretario de Comunicaciones con Roberto Lavagna al frente del Ministerio de Economía. Tras la salida de Lavagna en noviembre de ese año pasó a ocupar la Secretaría de Comercio Interior, desde donde pasó a tener influencia directa, aunque no oficial, sobre el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pese a que dentro del organigrama oficial el Indec estaba en cabeza del Ministerio de Economía, a partir de enero de 2007 Moreno comenzó a designar funcionarios de su entorno en la cúpula del organismo y a implementar cambios en las metodologías para medir la inflación.
El funcionario se implicó en el abastecimiento de productos frescos mediante intervenciones en los mercados concentradores de carnes, frutas y hortalizas, granos y oleaginosas, lo que provocó en muchos casos, faltantes de oferta y fuertes subas de precios. Moreno se lanzó a tomar el control del comercio exterior mediante la aprobación de importaciones que entorpecieron el normal abastecimiento de la industria, lo que le valió innumerables choques tanto con los empresarios locales como con extranjeros. Su intervención complicó notoriamente las relaciones con los socios comerciales del Mercosur y el FMI emitió la primera moción de censura a un país por las polémicas mediciones de inflación.
En los últimos tiempos intentó recuperar el poder antes los sucesivos fracasos al lanzar una fuerte ofensiva sobre la city porteña, tratando de contener al dólar blue pero se va con esa divisa a 10 pesos.

