Eran cerca de las 5 de la mañana cuando en el recinto de Diputados la tensión llegó a límites insospechados con el jefe del bloque K, Agustín Rossi fuera de sí cuando el tablero mostró que el oficialismo no había conseguido alcanzar la mayoría absoluta (129 votos) para aprobar la reforma del Consejo de la Magistratura. Fue una omisión del tablero electrónico del voto de 21 diputados, dos de ellos clave para alcanzar la cifra soñada.

Fue ahí cuando un Rossi desencajado tomó la copa que tenía en su banca con supuesta intención de arrojarla y fue detenido por la vicepresidenta del bloque, Juliana Di Tulio. Después, mientras diputados del radicalismo, el peronismo opositor y el PRO denunciaban ’fraude’ en la votación, el jefe del bloque kirchnerista salió como disparado de su banca y amagó con ir a pelear al bloque de la UCR pero fue contenido por su par del FpV.

Con el correr de las horas, ya más tranquilo después del susto, Rossi, pidió ’disculpas’ a sus pares por su accionar por momentos ’impropio’ en el recinto de la Cámara baja, al término de una jornada de casi 21 horas de acalorada discusión de tres de los proyectos de reforma judicial.

’Pido disculpas a los compañeros por momentos que no son propios de un compañero’, dijo el legislador santafesino al hacer uso de la palabra para cerrar la larga y convulsionada sesión.

Al término del debate de la reforma del Consejo de la Magistratura, Rossi, visiblemente exaltado especialmente con el bloque radical, había exigido a los gritos a Miguel Bazze que lo increpaba: ’Callate, callate, callate, dale, callate la boca’.

Pero la pelea no sólo tuvo como protagonista excluyente a Rossi. Cuando el oficialismo celebraba vivamente la aprobación del art 2, el diputado del Frente Peronista Sergio Pansa, le arrojó un botellazo al propio jefe del bloque K. El hecho habría pasado desapercibido en el recinto de no ser por la denuncia y condena del legislador del Movimiento Evita, el K, Leonardo Grosso.