Daniel Scioli, lució visiblemente tenso y apeló a la estrategia del “miedo” del electorado durante el debate con su rival de Cambiemos, Mauricio Macri, en el que buscó eludir su vinculación con el kirchnerismo y evitó responder sobre distintas posturas oficiales, además de exhibir poco apego a las reglas establecidas.

Como en el boxeo, Scioli fue a buscar la pelea desde el primer minuto con tono enfático y la apelación a las distintas advertencias de las que viene haciendo uso en la campaña respecto de una eventual devaluación de un gobierno de Cambiemos, por lo que contrapuso un “triángulo del regreso al pasado”, con el FMI y los fondos buitre en torno de Macri, a la tríada del “progreso” que representa su postulación, y que componen los “trabajadores, empresarios y el Estado”.

De saco abrochado y su habitual corbata celeste sobre una camisa blanca, con el pelo algo crecido y abultado sobre las orejas, el postulante oficialista se adelantó a su adversario en el inicio y le tendió la mano, para luego guiñar un ojo al auditorio y saludar con la V de la victoria, ubicado ya a la derecha de su rival. Durante el intercambio, fue alterando la manera de dirigirse a su adversario, lo mismo que la postura: así como alternaba entre llamarlo “el candidato Macri”, “Macri” a secas o, por momentos, un más cercano “Mauricio”, del mismo modo se debatía entre mirarlo de costado o ponerse de frente a las cámaras para emitir su mensaje. Aunque se recompuso después de cada descanso, no pudo evitar perder la compostura no sólo cuando debía responder preguntas que, de todas formas, ignoró, sino cuando Macri le reprochó su aval a distintas definiciones del kirchnerismo: en esos casos asentía con resignación, más como acto reflejo que como conducta deliberada. Por lo demás, el desempeño fue una ratificación de su estilo de comunicación: ensayó con conceptos su intento de desvinculación del kirchnerismo (“el Gobierno termina el 10 de diciembre”, le repetía a Macri), apeló a su habitual rictus de nerviosismo y exhibió poco apego a las reglas, al no respetar el tiempo para responder ni esperar la autorización de los moderadores para iniciar su descargo.