El centenar de obispos que integra la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) se reunirá desde hoy lunes 10 y hasta el sábado 15 en la localidad bonaerense de Pilar para renovar la totalidad de las autoridades que integran ese organismo para los próximos tres años, en la primera elección de los obispos argentinos desde la llegada del papa Francisco. Precisamente durante esta semana de deliberaciones es que los obispos esperan que el Sumo Pontífice confirme su visita al país para mediados de 2016.
Bajo el estilo de Iglesia misionera que propone el papa argentino, la asamblea plenaria -presidida por el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo- se reunirá desde la tarde de hoy en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera de Pilar.
El martes por la mañana comenzarán con la votación de la comisión ejecutiva, que podría hacer su presentación formal ante la prensa el viernes casi al cierre del encuentro en Pilar.
Participarán de la asamblea electiva una veintena de nuevos obispos, nombrados por Francisco en el último año, que darán
inicio a una renovación de la estructura de la Iglesia en Argentina. Y una disposición del Papa parece condicionar estas elecciones al poner entre signos de interrogación la reelección posible de monseñor José María Arancedo (Santa Fe) en la presidencia organismo por un nuevo trienio.
‘Con la aceptación de la renuncia (a los 75 años), los interesados decaen de cualquier otro cargo a nivel nacional, otorgado por un tiempo determinado, en razón del oficio pastoral‘, reza el resolución papal ‘Rescriptum ex audientia‘ que entró en vigencia el 5 de noviembre. La cláusula, que pudo pasar inadvertida en otro contexto, obligó a los referentes eclesiásticos a una lectura atenta en vísperas del plenario episcopal electivo, dado que Arancedo cumple 75 años en noviembre del año próximo y, de aceptarle el Papa la renuncia, deberá dejar el cargo en forma automática.
Mientras que Arancedo y los dos vicepresidentes, Virginio Bressanelli (Neuquén) y Mario Cargello (Salta), están habilitados para la reelección, Enrique Eguía Seguí no podrá hacerlo por haber cumplido dos períodos consecutivos de tres años como secretario general.
La salida de Arancedo pone al cardenal Mario Poli, elegido por Jorge Bergoglio para sucederlo en Buenos Aires, con posibilidades ciertas de integrar la ‘mesa chica‘ y hasta de presidirla. En ambientes eclesiástica también se especula, a priori, que ingresará en la comisión ejecutiva el arzobispo Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina y considerado hombre de consulta teológica permanente del pontífice.
Los demás nombres saldrán de una suerte de ‘primaria‘ regional para consensuar candidatos, prevista para hoy.
La mirada está puesta, sin embargo, en quién sucederá a Eguía Seguí en la secretaría general, porque no hay certezas en cuanto a candidatos para este puesto que implica el nexo de las autoridades eclesiásticas con el Gobierno, a través del secretario de Culto, Guillermo Oliveri. La renovación de autoridades en la Iglesia es seguida con atención por la Casa Rosada, dado que de allí surgirán los interlocutores en el camino hacia las elecciones presidenciales de octubre del año próximo, en un período previo al recambio constitucional, en el que el Papa sugirió a los obispos argentinos ‘cuidar‘ a la presidenta Cristina Fernández para que llegue sin mayores sobresaltos al final de su mandato.
Los obispos prevén que 2015 será, por lógica, un año de mucha efervescencia electoral y no exento de situaciones de tensión social, en el que también habrá discusiones legislativas clave como la despenalización del aborto o la procreación humana asistida, iniciativas a las que la Iglesia pone reparos. Las elecciones episcopales marcarán también el voto de confianza al trabajo de varios obispos, entre ellos Jorge Lozano (Gualeguaychú) en Pastoral Social y responsable de la estrategia de la Iglesia en la lucha contra la drogadependencia y la atención de los adictos. En el contexto del plenario de la semana próxima, los obispos esperan recibir la confirmación oficial de que el Papa vendrá a la Argentina en julio de 2016 para el Congreso Eucarístico Nacional, que se desarrollará en Tucumán y a los festejos por el bicentenario patrio.

