Uniformados de Gendarmería Nacional y de la Policía Federal llegaron este lunes 11 de marzo por la tarde a la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, para formar parte del comité de crisis creado de urgencia a raíz de los violentos crímenes cometidos en la última semana, perpetrados por sicarios bajo las órdenes de narcotraficantes.
A su llegada, los uniformados fueron recibidos por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien se trasladó a la ciudad en el inicio de esta semana, luego del estado de conmoción que provocaron los asesinatos. Las víctimas fueron cuatro inocentes, ajenos al accionar mafioso de las bandas, trabajadores comunes. Los dos taxistas, el chofer de colectivos y el trabajador de una estación de servicio fueron apuntados por las bandas criminales con el único objetivo de sembrar terror, según lo que afirman los funcionarios nacionales y provinciales.
La propia Bullrich indicó minutos antes del arribo de los efectivos que las bandas habían logrado “sembrar terror” en los rosarinos y en los habitantes de la provincia de Santa Fe y reafirmó, frente a ello, que el gobierno nacional, a través del comité de crisis conformado junto a la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro, iban a enfrentar a los criminales.
“La gente está con mucho miedo, no se animan a mandar a sus hijos al colegio, ni a abrir sus negocios. La situación es de terror”, dijo la ministra de Seguridad, y explicó el plan, que incluye un proyecto de ley que apunta a brindar herramientas al Poder Ejecutivo. Una de ellas es poder inculpar a toda la banda por el accionar de sus integrantes. “El delito de uno es el delito de todos. Esa ley la vamos a mandar al Congreso”, aseguró.
El Ejército intervendrá porque se considera actos de terrorismo los últimos asesinatos en Rosario
Tanto la ministra de Seguridad como el gobernador Pullaro explicaron que los cuatro asesinatos tuvieron como fin generar un estado de conmoción social, por lo que los definen como hechos de terrorismo urbano. Esto les permite utilizar las fuerzas armadas dentro del territorio nacional para el combate de las bandas, a quienes califican como terroristas, según entienden. Así se explicará la intervención del Ejército en términos legales.
“Con estos ataques narcoterroristas lo que se pretende es llevar adelante una conmoción para quebrar una decisión que tiene el Estado. En ese caso las FFAA pueden intervenir. Por eso pedimos que intervenga el Ejército, que se está movilizando para Rosario”, explicó Pullaro.
Bullrich por su parte agregó: “Esperamos poder lograr desde el lado de la inteligencia una investigación, llegar a los que han golpeado, desarmar las organizaciones”.
Las Fuerzas Armadas formarán parte del comité de crisis
La funcionaria nacional llegó esta mañana a Rosario junto a su par de Defensa, Luis Petri, con quienes avanzaron desde el gobierno del presidente Javier Milei en la estrategia de “saturación”, esto es, la suma de efectivos de distintas fuerzas, para avanzar sobre las organizaciones criminales que provocaron los atentados y las amenazas que conmocionaron a la ciudadanía. Este lunes en Rosario no hubo transporte debido al paro de taxis y colectivos, en respuesta a los crímenes cometidos.
Además, en la noche del domingo hubo cacerolazos. Con ello, los vecinos expresaron el temor que se siente en la sociedad rosarina por el avance de lo que el gobierno denomina narcoterroristas.
El gobernador Pullaro sostuvo que, pese a la brutalidad con la que actuaron los criminales en las últimas horas, los caracteriza la precariedad. “Tenemos que hacer que sepan que el Estado tiene mucho más fuerza que estas organizaciones”, dijo el gobernador.
El objetivo es la saturación, a través de la tarea de distintas fuerzas federales en el territorio santafesino
De esta forma, gendarmes, integrantes de la Policía Federal y efectivos del Ejército Argentino comenzarán a desplegar tareas en la ciudad de Rosario, coordinados por el comité de seguridad que se conformó en las últimas horas. El gobierno provincial cree que los crímenes cometidos están relacionados por las restricciones que se les impuso a los jefes narco en las cárceles.
A pesar de estar detenidos, según las autoridades provinciales, las bandas eran conducidas desde el servicio penitenciario para controlar los puntos de venta de droga en la ciudad. Al ser desarticulada parcialmente esta operatoria, llegó la respuesta, sostienen.
Con la llegada de las fuerzas federales, el gobierno intentará frenar la escalada de violencia.