Sergio Massa, ministro de Economía, viajará nuevamente a Estados Unidos este martes para participar de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Allí, buscará reforzar los apoyos para su hoja de ruta ante la próxima llegada de fondos de organismos multilaterales.

Esto se dará en medio de nuevos cambios en el Gabinete, que serán anunciados en las próximas horas por el presidente Alberto Fernández, y luego de conocerse el resultado de la segunda revisión del FMI, en la que el directorio aprobó dos de las tres metas, y, a su vez, advirtió sobre los riesgos que existen para la Argentina.

El funcionario viajará acompañado por el viceministro Gabriel Rubistein. Arribará a Washington el miércoles, día de la reunión de ministros del G20, la última del año antes de la Cumbre de Presidentes que tendrá lugar en Bali, Indonesia, en noviembre.

El jueves y el viernes, en tanto, sesionarán la Junta de Gobernadores del FMI y el Banco Mundial. También se realizará la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional, y las actividades en el marco del Comité de Desarrollo.

La agenda de trabajo incluye un encuentro cerrado promovido por India, país que ostentará la presidencia del G20 el próximo año, entre otras actividades.

El acuerdo con el Fondo incluye un mayor ajuste en las tarifas, una fuerte reducción del gasto social y una suba de impuestos vinculados a la propiedad, medidas necesarias para "hacer espacio" a la inversión en infraestructura y el gasto electoral en 2023.

Para reducir el déficit primario desde 2,5% en 2022 a 1,9% del PBI se prevé un recorte del gasto del 1,3% del PBI ($ 1 billón) y, dentro de ese esquema, los subsidios deberán achicarse 0,5%, principalmente a partir de la segmentación en marcha de las tarifas. 

El informe del Staff, sin embargo, sostiene que la política energética podría avanzar en otros cambios: una mejora de la base de datos (RASE) con una reducción de la cantidad de usuarios no registrados; la vinculación de los precios con los costos, en lugar de los salarios; topes de consumo "menos generosos" para los sectores medios y nuevos topes para los ingresos bajos; y una posible reducción del universo de beneficiarios de la tarifa social.

Respecto a las tarifas, para los especialistas, el Gobierno debería aplicar una suba adicional en 2023 del 80% en promedio para que se cumpla la meta fiscal y las boletas cubran la mitad de los costos energéticos, que es lo prometido por el Poder Ejecutivo. Pero los ajustes en marcha, sumados a los del transporte, alimentan una inflación que este año cerraría en torno al 100%.

Los técnicos destacaron los esfuerzos por reducir la "indexación" de los programas sociales, la inserción laboral de beneficiarios con incentivos fiscales a las empresas y la auditoría de los planes. Por otra parte, proyectan una caída de la participación de las jubilaciones en el PBI en 2023 por el cambio de fórmula de la movilidad en 2020, que la ató a los salarios y la recaudación pasada.

"Las políticas macroeconómicas estrictas no son solo necesarias para asegurar los objetivos del programa, sino para moderar en forma gradual la demanda doméstica, atacar la alta inflación persistente y evitar un ajuste desordenado. La consolidación fiscal requerirá una mejor gestión del presupuesto, junto con una mejor focalización de subsidios (energía, transporte y agua) y la asistencia social, a la vez que se protegen inversiones clave en infraestructura", señaló el reporte.

Fuente: El Sol / TN