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Con la voz quebrada y visiblemente emocionada, la jefe de Epidemiología, Mónica Jofré, metió en agenda el aspecto más desgarrador en caso de que el coronavirus golpee con crudeza: el manejo de cadáveres. Así, la especialista explicó los aspectos en los que trabaja la provincia y destacó que no habrá ninguna chance de que las familias puedan despedirse de las personas, pues morirán en aislamiento y los cadáveres irán del hospital directamente al cementerio o a un crematorio.

De acuerdo al procedimiento establecido, si un paciente muere por coronavirus, el cadáver será vestido por un equipo que usará medidas de protección especiales y colocado en una bolsa mortuoria que cumple ciertas exigencias técnicas. Después, a cajón cerrado, será trasladado del hospital al cementerio e inmediatamente sepultado. Algunas familias podrán disponer de la cremación, puesto que los estudios indican que las cenizas no contagian.

Por su parte, salvo alguna excepción muy puntual, no habrá autopsias para los fallecidos por coronavirus, por ende esos cadáveres no ocuparán lugar en la morgue. A su vez, Jofré reconoció que fue "duro" tener que hacer el cálculo de cuántas bolsas mortuorias necesitaría San Juan, aunque después optó por no decir la cifra pues dijo que deben esperar al primer caso positivo para hacer una proyección. "Quedémonos en casa, si no tomamos conciencia vamos por mal camino", rogó.

Tablets para despedirse


"El derecho a decir adiós". Así se llama una iniciativa en Italia para evitar que las personas mueran sin despedirse de sus familias y que permitió la compra de tablets en un hospital. Mediante videochat y desde sus lechos de muerte lograron que pacientes y seres queridos se den un último adiós.