El Sistema Público de Salud de Neuquén, ejemplo para muchos países de América latina, se edificó desde su puesta en marcha en la década del 70 con la creación de una figura singular: la del agente sanitario.

Estos trabajadores son un factor clave para la población de las áreas rurales más alejadas, hasta donde llegan montados a caballo, caminando en la nieve o soportando el rigor del clima.

El sábado pasado se celebró, en Neuquén, el "Día Provincial del Agente Sanitario" en homenaje a Horacio Wircaleo, oriundo del paraje Sauzal Bonito, quien el 18 de julio de 1984 falleció en un accidente de tránsito cuando se trasladaba en auxilio de un vecino de esa zona rural.

Este año, a las adversas condiciones del clima con fuertes temporales de nieve, se suma la pandemia de coronavirus en la tarea cotidiana que deben desarrollar los 270 agentes sanitarios en toda la provincia.

Esteban Fuentes trabaja en el Centro de Salud de la localidad de Varvarco, en el extremo norte de la provincia, y cuenta que es "nacido y criado acá en Varvarco", y que "hay tanta nieve este año que con la enfermera del Centro de Salud tuvimos que salir a caballo para visitar a los puesteros de la zona".

"Nosotros tenemos pacientes que hay que ir a que ver todos los meses por sus problemas de salud y a pesar del temporal que hubo nos sentimos en la obligación de ir", señala.

Fuentes cuenta el rigor de su tarea: "Para ver a uno de esos pacientes, tuvimos que recorrer a caballo entre 10 y 12 kilómetros, demoramos 3 horas para llegar, lo atendimos y llegamos de vuelta como a las seis de la tarde cuando el frío se hacía sentir".

Ser conocedor del lugar y que "se respete su raíz cultural", son requisitos fundamentales establecidos en la Ley 3153 del Agente Sanitario. Dice Fuentes que ese conocimiento excede a la medicina.

El agente sanitario es considerado el pilar de la atención primaria de la salud. Hacen visitas casa por casa y relevamientos de lo que necesita la población a nivel sanitario. Suelen asistir a gente con inconvenientes tales como desmayos. También están atentos por si hay un embarazo que requiere que una ambulancia llegue a tiempo.

"Trabajé muchos años como peón de campo y me han tocado temporales de nieve muy grandes; conozco mucho esta zona y por eso es que una de las condiciones para poder ser agente sanitario es ser de la zona. A mí, como soy de acá, no se me hace difícil", cuenta Fuentes. Eso sí, advierte que "lo único que nos puede complicar en medio de un temporal es el viento blanco".

Federico Muñoz, del Hospital de Las Ovejas, a 500 kilómetros al norte de la ciudad de Neuquén, cuenta que "el mayor problema es cuando se corta la señal de los teléfonos, porque hay montañas o por lo que sea".

El agente pone un ejemplo: "Si tuviéramos que hacer una valoración del paciente y llamar al hospital para que nos indiquen cuál es la conducta a seguir, no podríamos trabajar porque no tenés el medio de comunicación para poder asistirlo y lo único que nos queda es tratar de volver al hospital y recorrer 50 o 60 kilómetros para llevar el paciente al médico". Muñoz destaca que en sus recorridas no ha aparecido aún el coronavirus.

En el paraje Chorriaca, a 340 kilómetros al norte de la capital, trabaja el agente sanitario José Quilapi, de la comunidad mapuche. "Programo las visitas todas las semanas en moto y, una vez al año, las hacemos con la médica para visitar a todos los pacientes algunos de los cuales son crónicos".