El Gobierno aumentó ayer la incertidumbre sobre la estrategia del país para hacer frente al pago de 1.330 millones de dólares a los fondos buitres ya que se puso en duda el viaje de funcionarios argentinos a Nueva York para iniciar una negociación con los bonistas que aleje la posibilidad de caer en default.
Por un lado, el jefe de Gabinete ,Jorge Capitanich, dijo que ‘no había ninguna comitiva’ preparada para viajar a Estados Unidos a negociar con tenedores de su deuda impaga. Más tarde, una fuente del Gobierno aclaró a Reuters que el funcionario se refería a que aún no había detalles sobre quién viajaría y cuándo, no a que la idea estuviera descartada.
‘No se sabe si viajará una misión la semana próxima, pero no se descarta‘, dijo la fuentebajo condición de anonimato. ‘Argentina sigue abierta a la negociación‘, agregó.
Estas idas y vueltas del Gobierno volvió a presionar a la plaza financiera donde el dólar blue recuperó la cotización de 12,40 y la bolsa porteña sufrió una baja superior al 8 por ciento.
Argentina necesita hallar rápido una solución a la disputa con los fondos buitre que poseen bonos impagos. El 30 de junio debe realizar en EEUU un pago de su deuda reestructurada y si no llega a un acuerdo, corre el riesgo de que el desembolso sea confiscado por la justicia de ese país.
Abogados que representan al país participaron el miércoles de una audiencia ante el juez de distrito de Nueva York Thomas Griesa, quien había ordenado pagar a tenedores que no aceptaron el canje tras la cesación de pagos de 2001.
Aunque el magistrado criticó con duras palabras los discursos de las autoridades argentinas y dijo que no confiaba en su voluntad de pago, los representantes del país le dijeron que funcionarios planeaban viajar a EEUU para buscar una solución. Pero Capitanich desechó esa posibilidad.
El jefe de Gabinete evaluó que la decisión previa a la audiencia de la Corte de Apelaciones de Nueva York de levantar la medida cautelar que mantenía en suspenso el pago de la deuda con los fondos buitre, generó ‘un incentivo a ejecutar la medida y no negociar‘.
Capitanich precisó que en las condiciones impuestas por Griesa, el pago a la totalidad de acreedores (los que entraron al canje y los buitre) implicaría aproximadamente 120 mil millones de dólares.
‘Esto llevaría a pulverizar el proceso de reestructuración más exitoso de la humanidad, por el nivel de quita logrado, sin participación del FMI y por haber marcado un sendero de crear capacidad de pago con crecimiento‘, definió el funcionario.
Capitanich afirmó que el juez debe garantizar ‘equidad de trato entre las partes, y cuando promueve tamaña parcialidad no es equitativo; promueve profundamente el desequilibrio, y eso no es justicia‘.
Debido al fallo de la justicia estadounidense, si no acuerda con los ‘holdouts‘ Argentina no podría pagarle en EEUU a sus acreedores que aceptaron los canjes 2005 y el 2010 y caería en una cesación de pagos técnica.
La incertidumbre golpeaba al mercado financiero e inversores institucionales se desprendían de activos domésticos por temor a un nuevo incumplimiento de deuda, después del masivo default de 100.000 millones de dólares en 2001-2002.
