A las 12:07 el oficialismo logró sentar en las bancas a 132 diputados, tres más que el quórum para arrancar la sesión que debatiría los tres proyectos clave de la Ley de Reforma Judicial.
Pasadas las 23, apenas 67 legisladores permanecían en el recinto esperando su turno para hablar. La mayoría de los ausentes se fueron a descansar en los anexos del Congreso para poder estar frescos a la hora de votar. Afuera, un nutrido grupo de manifestantes aguardaba expectante la definición en el recinto. Así se vivía ayer el caliente debate por la polémica reforma judicial que el kirchnerismo parecía encaminado a aprobar esta madrugada porque ‘ya tenía los 129 votos necesarios’, al menos eso anticipó anoche la diputada del Frente para la Victoria (FpV), Diana Conti.
Igual, la sesión seguía trabada por el número de oradores anotados y se esperaba que recién en las primeras horas de la madrugada de hoy se aprobaría, al menos la reforma al Consejo de la Magistratura, que en su punto más polémico establece la elección de sus integrantes por el voto popular. De todas maneras este proyecto deberá volver al Senado, donde tiene media sanción, por las modificaciones que le introdujo Diputados.
Los otros dos proyectos sometidos a debate en el recinto, el que crea tres nuevas cámaras de Casación y el que regula y limita las medidas cautelares, mantenían intactas las chances de convertirse en ley ya que no sufrieron modificaciones. Aunque para eso habría que seguir esperando.
La intención del oficialismo es aprobar los tres proyectos hoy, no importa cuanto tiempo más consuma y sin parar el debate pasando a un cuarto intermedio.
El presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi, se mostró confiado anoche en alcanzar los 129 votos para votar el proyecto del Consejo de la Magistratura, donde se requieren una mayoría absoluta porque se trata de una modificación de una ley derivada de la reforma constitucional de 1994. Los otros dos, se aprueban sólo con la simple mayoría.
La sesión especial se fue desarrollando en un marco de acusaciones cruzadas entre el FpV y la oposición, que planteó que este proyecto politizará la justicia, y tuvo momentos de tensión a partir de la denuncia de Elisa Carrió acerca de un supuesto pacto entre la presidenta Cristina y el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
La inminencia de las elecciones estuvo presente en todo el debate ya que se trata de un proyecto que incorpora la votación popular de los miembros de un cuerpo colegiado que se elegía entre los representantes de cada sector que compone ese organismo, y que deberá pasar en los comicios de octubre por la mirada ciudadana.
El clima tenso de la sesión se vio reflejada desde el principio.
Diputados de la oposición colocaron carteles en sus bancas con consignas como ‘Boudou, agradecido‘ y ‘Lázaro Báez, agradecido‘, para repudiar la reformas. Para estos legisladores, los cambios en el Poder Judicial que propuso el kirchnerismo favorecerían al vicepresidente, investigado por el presunto tráfico de influencias para favorecer a la ex Calcográfica Ciccone, y al empresario oficialista, acusado por el presunto lavado de dinero. Fuentes: (DyN, Télam).
