Entre quejas y denuncias penales, los porteños votaron ayer candidatos locales y nacionales con un complejo sistema mixto de sufragio que motivó largas demoras y críticas de todo tipo.

En la interna de Juntos por el Cambio, el candidato a jefe de Gobierno porteño Jorge Macri se imponía con 28,7% a su rival Martín Lousteau (27,2%), respaldado por el aspirante presidencial Horacio Rodríguez Larreta. Entre Macri y Lousteau, ambos de JxC, sumaban 55,9% de votos. El peronista Leandro Santoro conseguía 22,2% y Ramiro Marra (respaldado por Javier Milei) cosechaba 13%. Con casi el 100% de mesas escrutadas, seguía reteniendo su cuota clave de poder el Pro, el partido fundado por Mauricio Macri. "Felicito a Jorge Macri", reconoció Lousteau minutos antes de las 23, en el escenario que ambos compartieron.

Por las demoras en el uso de máquinas electrónicas, se analizó extender el cierre hasta después de las 18, algo que motivó quejas entre precandidatos.

Finalmente, la jueza federal con competencia electoral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), María Servini, determinó que se podía seguir votando hasta las 19.30 en las escuelas capitalinas en las que las filas llegaban hasta la calle.

CABA dispuso para este año por primera vez elecciones "concurrentes", es decir con dos sistemas de votación diferentes. Para la elección de las candidaturas nacionales se utilizó la boleta partidaria y para los cargos porteños, la Boleta Única Electrónica.

Servini presentó una denuncia penal contra el Gobierno capitalino. Los retrasos para sufragar se vivieron en la mayoría de los establecimientos autorizados, donde más de 2,5 millones de personas estuvieron habilitadas a votar.

Los principales problemas comenzaron a la mañana: se constataron fallas de los dispositivos que estaban sin servicio, en tanto que también se notificaron problemas con el uso de la pantalla táctil y la impresión de la boleta.

Pasadas las 10, Servini advirtió que resultaba "preocupante el grado de improvisación" en el manejo de los dispositivos para elegir los precandidatos a jefe de Gobierno porteño y precisó que estaban fuera de servicio 240 máquinas.

En un escrito, Servini advirtió a la Cámara Nacional Electoral (CNE) sobre la "impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral" por parte del Instituto de Gestión Electoral porteño (IGE), el organismo local que fue creado recientemente y debutó en esta jornada en la organización de los comicios.

La CNE manifestó su "preocupación" por "el mal funcionamiento de las máquinas de votación de la elección local" y pidió que las demoras registradas no interrumpan el proceso de definición de los candidatos nacionales, "quedando bajo exclusiva responsabilidad del IGE las consecuencias para la ciudadanía de la situación generada".

Patricia Bullrich, precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio, aseguró que la elección porteña "fue un desastre" y contó que tuvo que realizar entre siete u ocho intentos antes de poder imprimir la boleta electrónica.

El precandidato a diputado nacional por CABA por el Frente de Izquierda, Patricio del Corro, manifestó que hay "mesas que abren la elección nacional y piden a la gente que vuelva después a votar en la local".

Un delegado judicial dijo que por todo este caos "hubo gente que sólo votó (cargos para la) Nación y se quedó sin votar (los cargos para la) Ciudad" porque "fue una hora y media de probar códigos, faltas de papel. Un montón de falencias".