La interrupción de la jornada se debe al operativo de prevención por los barrabravas que asisten a los encuentros del club en el estadio "Fragata Presidente Sarmiento", situado a 300 metros del colegio San Martín de Porres.
 

"La Policía nos obliga a no abrir el establecimiento. Como el operativo de seguridad empieza cuatro horas antes del partido, y el encuentro es a las 14.05, el instituto sólo podría desarrollar sus actividades por una hora, de 9 a 10", explicó Claudio Hunter Watts, psicólogo y coordinador terapéutico del San Martín de Porres.
 

"A la escuela vienen unos 380 niños y adolescentes que padecen TEA, como trastornos obsesivos compulsivos y síndrome de Tourette, entre otras conductas. Son chicos que se ponen muy nerviosos cuando no pueden venir al colegio y cuyos padres nos dijeron que, en ocasiones, han tenido crisis autolesivas por el estrés que les produce el no poder venir a clases", expresó el coordinador de la institución.
 

Según Watts, antes de 2014 los partidos eran los fines de semana y fuera del horario laboral, pero luego cambiaron los horarios por cuestiones de la televisación. Desde 2016, tanto directivos como padres de los chicos envían notas a la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) y a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para reclamar que suspendan la programación de los encuentros del club en días hábiles y horarios vespertinos, pero nunca recibieron una respuesta.