Distendida, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner continuaba ayer con sus jornadas de descanso en la ciudad de Río Gallegos (capital de Santa Cruz).
Con calzas, zapatillas y un tapado negro, la mandataria caminó una hora ayer por la mañana por la costanera de esa ciudad acompañada por sus secretarios y seguida de cerca por la celosa custodia presidencial. La prensa digital porteña divulgaba imágenes de Cristina con un sombrero negro, destacando que la jefa de Estado se puso enormes anteojos de sol para tapar su rostro e intentar pasar desapercibida. Pero el despliegue de camionetas a su alrededor y el llamativo atuendo alertó a varios vecinos.
Según indicaron a la agencia de noticias DyN fuentes de la Casa Rosada, la Presidenta ‘permanecerá el fin de semana largo‘ en Santa Cruz, y si bien, aún no definió cuándo regresará a su actividad oficial en Buenos Aires, ‘es posible que se quede en esa provincia todo el fin de semana largo‘, aprovechando los feriados del lunes y martes por los festejos de carnaval.
Está previsto que en las próximas horas regrese a El Calafate, donde mañana pasará su cumpleaños número 59.
En Río Gallegos, la ausencia total de viento y los 15 grados de temperatura completaban ayer una mañana soleada y perfecta para la actividad física al aire libre, algo poco usual en esas latitudes. La jefa de Estado partió de su hogar pasadas las 11 de la mañana y si algo la convirtió en una vecina más por una hora, fue la compañía del perro de su hija, un pug gris que en un par de ocasiones se enredó con los perros de otros caminantes que también eligieron la costanera local para el paseo matutino.
Según relataron al diario La Nación testigos ocasionales de la caminata de la jefa de Estado, ella trató de pasar desapercibida, no cruzó saludos con los ocasionales transeúntes y siempre estuvo acompañada de cerca por sus secretarios y dos camionetas de la custodia.
Una la seguía a escasos metros, otra camioneta giraba en torno de las manzanas vigilando la seguridad de la jefa de Estado y procurando que no la sigan fotógrafos ocasionales. Después de completar diez cuadras sobre la costanera local, regresó por una calle paralela a la costanera, y quedó muy cerca del centro local.

