El COVID-19 esta haciendo estragos en el mundo entero. Hoy por hoy debemos enfrentarlo con medidas de aislamiento social, e higiene personal pese a los ingentes esfuerzos médicos, académicos y científicos para desarrollar una vacuna efectiva.

En este punto los anticuerpos monoclonales (descubiertos por Cesar Milstein premio nobel de medicina argentino) y otras terapias podrían paliar la enfermedad. La prensa del mundo observa con atención a la comunidad científica sobre los ensayos realizados con cloroquina y el remdesivir.

Sin embargo frente a la oscuridad del COVID-19, se vislumbra una luz que se llama plasma convaleciente y que se está desarrollando en la Argentina. En esa línea de trabajo un grupo de prestigiosos médicos argentinos hace más de 20 días se encuentra trabajando contrarreloj en un "Protocolo de Uso de plasma convaleciente para tratamiento del Covid-19". Trabajan sobre la dosificación, indicaciones de uso, la seguridad y la eficacia del plasma convaleciente como artillero en la lucha contra el COVID-19. La inmunidad pasiva por provisión de plasma convaleciente de pacientes recuperados de COVID-19 puede combatir la infección.

¿Pero de qué se trata?

Cuando una persona es infectada con un virus, su cuerpo comienza a producir anticuerpos para combatir el virus, que una vez recuperada siguen sus anticuerpos en su sangre durante meses y hasta años, específicamente en el plasma. Esta herramienta terapéutica fue ampliamente utilizada para la Gripe Española -1918, pandemia que cobró mas de 30 millones de vidas- , en la lucha contra el Ébola, contra el SARS y hay utilización en casos de Sarampión. Luego de obtenida la muestra, este plasma debe ser analizado para serologías habituales del donante (Chagas, Sífilis, Brucelosis, HIV, HBV, HCV, HTLV). Luego se realiza el estudio de RT-PCR para confirmar la no identificación de partículas virales en el plasma obtenido. Descartado que el donante padezca patologías, el plasma se encontrará disponible y congelado, para ser utilizado en pacientes con una afección grave por SARS-CoV-2.

Este tratamiento, no es nuevo, muy por el contrario, es un método ampliamente probado y que ha dado excelentes resultados en la lucha contra enfermedades infectocontagiosas. En el siglo pasado cuando surgían las epidemias -y no había vacunas, ni drogas, en un punto similar a la situación actual con esta pandemia- los médicos tomaban sangre de un paciente y la usaban para tratar a otros enfermos.

La idea que da fuerza, convoca y reúne a este equipo consiste en la implementación en Argentina del método terapéutico comprobado: utilizar el plasma de una persona que tuvo COVID-19 y que ya se encuentra sana. Con su consentimiento se le extrae 400/500 ml sangre con el fin de obtener el plasma conjuntamente con los anticuerpos que desarrolló contra la enfermedad, para utilizarlo en pacientes internados. De este modo con una simple transfusión la persona hospitalizada puede recuperarse en menos tiempo y en algunos casos, salvarse de la muerte. En esta dirección, casi un centenar de hospitales y clínicas en los Estados Unidos de América se encuentran realizando los primeros ensayos y protocolos.

En China se encuentran trabajando en mas de 100 ensayos clínicos rigurosamente auditados para evaluar eficacia de los más diversos tratamientos, que incluyen terapias de la medicina tradicional china, desde antivirales a moduladores del sistema inmunitario, pasando por células madre, y el plasma con los anticuerpos donados por personas que se han curado. El plasma convaleciente fue indicado en China en pacientes graves. El estudio comparado de quienes no recibían suero convaleciente y quienes lo hacían ha demostrado que el plasma convaleciente como tratamiento redujo los tiempos de internación.

Concluyendo, la luz se trata de que podríamos luchar contra el COVID-19 en dos aspectos al mismo tiempo: Por un lado dando más oportunidades con este mejor tratamiento, que implica un menor tiempo de recuperación para los pacientes afectados severamente por el virus, y por el otro reduciendo sensiblemente los tiempos de hospitalización, fortaleciendo de este modo la capacidad instalada en el sistema sanitario argentino para hacer frente a la pandemia.

Los médicos que se encuentran trabajando sobre la terapia son:

 -Gorini, Néstor Federico, Medico Hematólogo, Jefe de Hematología y Hemoterapia Hospital Evita Pueblo de Berazategui.

-Gorini, Néstor Ulises. Medico Cardiólogo, Jefe de Cardiología, Hospital Evita Pueblo de Berazategui.

-Spadafora, Santiago. Medico Anestesista. Director de la Carrera de Postgrado Especialización en Administración Hospitalaria; en la Universidad ISALUD.

-Celso Arabeti, Medico Cirujano. Director de Investigación de la Universidad Austral.

-Barbieri, David. Medico Terapista. Jefe de Sección Guardia Medica Operativa del Ente Autárquico Instituto de Trasplante Ministerio de Salud, CABA.

-Victor Romanowski. Virólogo. Miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

-Jorge Geffner, Bioquímico. Profesor Adjunto, Departamento de Microbiología, Parasitología e Inmunología, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. Investigador Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).