Algo más de un millón de personas están expuestas a graves riesgos de inundación en 32 ciudades de Argentina, especialmente en áreas marginales e informales. Todo en un contexto de cambio climático con desborde de ríos y lluvias cada vez más intensas y frecuentes que ya dejaron bajo el agua a pueblos y localidades de 11 provincias.

Las inundaciones ocurren por una combinación de diversos factores: el desmonte de bosques nativos, el monocultivo, el crecimiento desparejo de las ciudades, el avance de negocios inmobiliarios sobre áreas protegidas. Todo enmarcado en una transformación global del clima que -en el caso de Argentina- volvió más feroces las tormentas y más impredecibles los ríos.

Según datos oficiales, sólo en el 2016 se produjeron pérdidas por 1.300.000 dólares y 72.119 personas sufrieron el castigo de las inundaciones. Los científicos y académicos Vicente Barros e Inés Camilloni, miembros del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA-UBA-Conicet), resaltaron que 90% del total de la población está concentrada en unos 800 centros urbanos, la mayoría de ellos ubicados en inmediaciones de ríos o en zonas bajas e inundables.

Desde 1960, crecieron 20% las precipitaciones.

Por eso, en una investigación, Barros y Camilloni advirtieron que algo más de un millón de personas está expuesta a riesgos de inundación en 32 ciudades del país. Los casos de mayor vulnerabilidad se dan en poblaciones ubicadas en la Cuenca del Plata, que abarca los valles naturales de inundación de los ríos Pilcomayo, Paraguay, Paraná y Uruguay y sus afluentes, ocupados por sectores humildes o de clase media baja, al igual que las zonas anegadizas del Litoral. También se trata de los pueblos rurales de la región pampeana y las comunidades del noroeste (Santiago del Estero, Tucumán y Salta). Barros apuntó que ‘los desastres son el resultado entre la interacción de los episodios climáticos y la vulnerabilidad‘.

El director Nacional de Análisis de Riesgos del Ministerio de Seguridad, Oscar Moscardini, consideró que ‘seguramente son más de dos millones‘ las personas perjudicadas ‘directa o indirectamente‘ por las inundaciones.

Moscardini opinó que Argentina ‘debe incorporar a su modelo de desarrollo la reducción de la vulnerabilidad de la población‘, algo que históricamente no ocurrió y, por eso, el impacto de los desastres es mayor en los sectores más desprotegidos.
Según el informe del Banco Mundial del 2016, las inundaciones constituyen el ‘mayor desastre natural que amenaza a Argentina‘ porque representan el ‘60 por ciento del total‘ de catástrofes que ocurre en el país y causan el ‘95 por ciento de los daños económicos‘ bajos tales circunstancias.

En un contexto de cambio climático global, desde 1960 hasta hoy las precipitaciones anuales promedio del país aumentaron algo más de un 20%. Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), juzgó que parte de la responsabilidad recae en el desarrollo de ‘procesos de urbanización no controlados‘, que hacen que la población más vulnerable ocupe terrenos de menor valor, muchos de ellos ubicados en planicies de inundación.

Actualmente las provincias con emergencia hídrica son Buenos Aires, Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, Santa Fe, Río Negro, Chubut, Corrientes, La Pampa y Misiones.
Un plan de obras a corto plazo para once provincias estará listo en octubre para atender a las poblaciones más vulnerables del país, expuestas a riesgos de inundaciones, desborde de ríos, incendios, sismos, ceniza volcánica, aludes y derrames de productos peligrosos, en el marco de un proyecto nacional para los próximos cinco años, con financiamiento del Estado y de 
créditos internacionales. Télam

 

Evacuados en Entre Ríos

Más de tres mil personas se encontraban ayer evacuadas en localidades de Entre Ríos a raíz de la crecida del cauce del río Uruguay, explicó el director de Defensa Civil de la provincia, Roberto Destri. Además, la Comisión Técnica Mixta Salto Grande informó ayer que no se prevén precipitaciones en los próximos días, pero los suelos están saturados y los ríos permanecerán en marcas altas al menos por dos semanas. En ese marco, Destri precisó que hay 542 familias evacuadas en Concordia, 110 en Concepción del Uruguay y 96 en Colón. Agregó el funcionario que hasta el miércoles 14 no habría lluvias.

 

Las pérdidas de zonas forestales

La queja compartida en organismos no gubernamentales es que ‘quienes gestionan provincias y municipios consultan a los especialistas sólo cuando se producen los desastres, para saber por qué ocurrieron, pero no antes, a la hora de tomar decisiones‘ que afectan el manejo del suelo, el diseño urbano o el curso de las aguas.

El país tiene unos 40 millones de hectáreas anegables y casi la mitad de esa superficie está localizada en la Pampa Húmeda, subrayó el director de Suelos del INTA, Miguel Taboada.
Argentina perdió el 12% de sus zonas forestales entre el 2001 y el 2014, según un informe del año pasado del Banco Mundial, que detalló que ‘casi toda la deforestación ocurrió en el norte‘ del país y que en Santiago del Estero se dieron ‘los mayores niveles de desmonte en el mundo‘. El estudio ubicó al país en el noveno puesto a nivel mundial entre los países que más desperdiciaron su cubierta forestal, y advirtió que esa pérdida equivalía a la desaparición de ‘un bosque del tamaño de una cancha de fútbol‘ por minuto.

Los especialistas advirtieron que el problema está en cómo los gobiernos desoyen algo que la naturaleza está avisando hace siglos. Si se talan los bosques nativos, se destinan grandes extensiones a monocultivo y se construye sobre humedales -reservorios de agua que evitan las inundaciones- las lluvias y el desborde de ríos seguirán siendo incontenibles. Entre 2001 y 2014 Argentina sufrió una pérdida de bosques equivalente al 8% del total deforestado en Sudamérica.

 

Víctimas en el mundo

 

Las catástrofes naturales se cobraron en 2015 el triple de muertos en el mundo respecto a 2014: mientras unas 23 mil personas perdieron la vida en terremotos, inundaciones y olas de calor acaecidos hace dos años, sólo 7.700 habían perecido en circunstancias similares durante 2014.