La importancia de la utilización de embriones no implantados para posteriores tratamientos de fertilización o donación a terceros figura entre los puntos más destacados de un proyecto de ley presentado por un grupo de diputados, especialistas en medicina y abogados.

El proyecto incluye el cese de la criopreservación y el destino de los embriones para futuras investigaciones. El debate se realizó hace días en el anexo a la Cámara de Diputados y participaron las diputadas Victoria Donda (Somos), Carla Carrizo (Evolución Radical), Brenda Austin (radicalismo), Mónica Macha (Unidad Ciudadana) y su colega Daniel Filmus (kirchnerismo), quien además es uno de los impulsores del proyecto.

También estuvieron la presidenta de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer), Stella Lancuba; el biólogo Hernán Dopazo; la especialista en derecho de familia Marisa Herrera y Teresa Bravo, vicepresidenta de la Asociación Civil Sumate a Dar Vida, para pacientes con dificultades para concebir.

Unas 20.000 personas abandonan embriones criopreservados.

Todos los legisladores coincidieron en la importancia de que la ley se apruebe para que el Estado brinde un marco legal a quienes poseen embriones criopreservados en clínicas privadas.

Los diputados celebraron el compromiso de llenar un vacío legal con este proyecto de ley que, señalaron, "es para que las familias tengan certezas y no incertidumbres" al momento de congelar sus embriones.

Según afirmó Lancuba, una encuesta realizada en abril de 2017 indica que en el país "hay 54.000 embriones criopreservados, de los cuales el 38,9% está congelado desde antes del 2008". La especialista en medicina reproductiva indicó que "se calcula que 20.000 personas abandonan esos embriones", por lo que destacó que es necesaria una ley que regule su utilización para casos que "tengan más de 10 años de preservación". "La solución se tiene que dar desde un plano legislativo", sostuvo.

Lancuba agregó que los motivos por los cuales las parejas abandonan los embriones pueden ser "por creencias, económicos o que ya concibieron a un hijo".

Herrera presentó los 42 artículos que comprende el proyecto y resaltó que, según el fallo "Artavia-Murillo y otros contra Costa Rica", de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, "un embrión no puede ser considerado como una persona" y que "la concepción tiene lugar desde que el embrión se introduce en el útero".

La abogada indicó que el objeto de la ley es proteger el embrión y resaltó la "prohibición para su comercialización". Finalmente, destacó los cuatro puntos que serían el destino de los embriones: tratamientos de fertilización, donación a terceros, entrega para investigaciones futuras y cese de la criopreservación.

En tanto, Bravo habló de la dificultad de los pacientes para concebir y destacó que son ellos "los que deben decidir sobre el destino de sus embriones bioconservados". La vicepresidenta de la Asociación Civil Sumate a Dar Vida se refirió a la necesidad de generar un registro de los donantes de embriones. "Hace más de 30 años que se congelan embriones y no puede ser que aún no haya un registro con los donantes", expuso Bravo. Télam