El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó ayer en Trelew un robot para invernáculos, que permitirá mejorar la producción de cultivos intensivos como hortalizas, aromáticas y flores, que puede desplazarse, hacer mapeos 3D, fertilizar y hasta podar.

Esta plataforma con inteligencia artificial se presentó en INTA Expone Patagonia, muestra que se realiza desde ayer hasta mañana domingo en Trelew, Chubut, durante la cual los visitantes podrán votar su nombre, según informaron a Télam desde el organismo.

Esta pieza nacional de inteligencia artificial, desarrollada por Ricardo Garro, especialista en robótica del INTA Anguil, es totalmente autónomo y de gran adaptabilidad a diseños de invernáculos para trabajar a escala de plantas, y permite asegurar la gestión eficiente de recursos y su planificación.

Durante la muestra, de entrada libre y gratuita, el robot estará ubicado en el Salón de la Innovación, dentro de un espacio delimitado con una serie de plantas que servirán como demostración para la aplicación remota de fertilizantes.

Para Garro, “lo más divertido será ver, a través de un LCD, todo lo que el robot percibe en el ambiente en el que se mueve, tal como si estuvieras dentro de su cabeza”.

“Se trata de una plataforma multipropósito cuyas acciones dependerán de las funciones que uno le asigne. Se puede adaptar a las necesidades y demandas de los territorios donde se la utilice”, explicó.

También agregó que “lo destacable es que todas las tecnologías que usamos son software libre, o sea, que ese conocimiento se comparte de forma gratuita y se adapta a la realidad de cada desarrollo”.

A su vez, el robot también cuenta con piezas de hardware libre, totalmente disponibles para ser utilizadas e implementadas sin pagar ningún costo adicional, lo que permite que la fabricación de los autómatas sea notoriamente menor a los creados en otros países, pero que cumplen las mismas funciones.

Según destacó, “un robot como el que hicimos acá, en Alemania vale unos 250 mil dólares, mientras que éste puede desarrollarse con un costo muchas veces inferior”; para mejorar aún más sus funciones, el organismo busca socios estratégicos.

Garro trabajó en el autómata gracias a una estadía de perfeccionamiento que realizó junto con el grupo de inteligencia artificial de la universidad alemana de Bremen, un centro de investigación en robótica reconocido a escala mundial.

De acuerdo con el especialista, el logro demuestra que “el organismo puede trabajar en robótica aplicada al sector agroindustrial”.

Con esta creación, el productor se vería beneficiado económica y productivamente: “La idea es identificar las plantas y determinar con qué tipo de cultivo se trabaja para tomar mejores decisiones a futuro”, indicó Garro.

Así, se trabajaría con mayor precisión mediante la aplicación de las dosis justas de agua y fertilizantes de acuerdo a la necesidad de cada planta. El robot puede ir una y otra vez al lugar asignado a realizar distintas funciones y recordar lo que hizo. Fuente: Télam.