Edificio tomado. Los empleados municipales, junto a los gremios de ATE y UPCN, tuvieron paralizado el municipio por varios días por sueldos adeudados.

El gobierno de la provincia de San Luis decidió adelantar recursos coparticipables al municipio de la Villa de Merlo, a fin de superar la crisis administrativa que afectó las quincenas de mayor afluencia turística en la localidad y en la provincia, distante a 200 kilómetros de la capital provincial.

Las autoridades municipales de Merlo, que encabeza el intendente Miguel Flores, presentaron ayer el plan de sustentabilidad solicitado por el gobernador Alberto Rodriguez Saá, para equilibrar las cuentas municipales y sacar al municipio de la crisis, informó la Agencia de Noticias provincial.

El Plan de Desarrollo Sustentable contempla el compromiso del municipio de "generar recursos a través de nuevos hechos imponibles y/o cobro de servicios prestados por el municipio", así como "la readecuación de tarifas, que son de impacto negativo para la sustentabilidad de la economía del mismo".

El municipio congelará "la planta de personal y los sueldos", en la medida que no cuente con los recursos pertinentes para hacer frente a los mismos y no "comprometerá al personal a realizar horas extras", establece el acuerdo. Se dispuso además "transparentar la situación con la Cooperativa de Agua a los vecinos de la Villa de Merlo, para solucionar el déficit de más de $2.000.000", que la provisión de agua le genera a la municipalidad y "actualizar los convenios con San Luis Agua y esa cooperativa".

La acreditación de fondos a favor del municipio, como adelanto de coparticipación, es la ayuda que el gobierno provincial ofreció al municipio luego de que se despidiera a 14 empleados y las protestas se multiplicaran frente a la sede del municipio, en la Plaza Sobremonte, con cortes de calles y ollas populares en el centro de la localidad.

Las protestas incluyeron cortes sorpresivos sobre las rutas nacionales y provinciales que conducen a la localidad y que afectaron la llegada y salida de los turistas a la tradicional villa veraniega, en plena temporada y con una alta ocupación hotelera a lo que se sumó la no recolección de residuos en el lugar.

El edificio municipal permaneció tomado durante varios días por los empleados que reclamaban el pago del mes de diciembre que recién comenzaron a percibir desde el 20 de enero.

Esta crisis obligó al intendente Miguel Flores a pedir la renuncia de la primera línea de su Gabinete.