A 10 años de haber sido utilizadas por primera vez y en medio de un contexto inédito de pandemia, este domingo 34 millones de argentinos están habilitados a votar en las PASO para definir los candidatos que competirán por las bancas en noviembre, lo que dibujará la nueva relación de fuerzas en el Congreso a partir de diciembre.

Los resultados de las PASO darán un primer indicio sobre la valoración de la ciudadanía hacia las fuerzas que compiten y la atención estará puesta tanto en las dos coaliciones mayoritarias, la gobernante Frente de Todos (FdT) y la opositora JxC, como en lo que suceda en los cuatro distritos con mayor peso electoral: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA.

En esta contienda, los argentinos irán a las urnas para elegir los candidatos de todas las fuerzas políticas que competirán por 24 bancas del Senado en ocho provincias y 127 bancas de Diputados.

En el Senado, el oficialista FdT pondrá en juego 15 de las 41 bancas que le permiten superar el número necesario para el quórum, y Juntos por el Cambio (JxC) arriesgará nueve de sus 25 lugares.

En Diputados, JxC es el espacio que más bancas pone en juego en las elecciones de medio término. Es que, este año renuevan 60 de las 115 bancas que tienen en la Cámara. En tanto, el FdT arriesga 52 de las 120 bancas actuales.

Si bien los ganadores y perdedores de los comicios 2021 recién se verán en las generales del 12 de noviembre, las PASO, tanto el Gobierno como la oposición se juegan su futuro a corto plazo.

Desde el mismo lunes 13 le marcará el rumbo a los últimos dos años de Gobierno de Alberto Fernández que hasta ahora estuvo atravesado por la pandemia de coronavirus y al que le quedan fuertes desafíos por delante: sellar el acuerdo con el FMI, para lo cual necesitará un consenso con la oposición; la reactivación de la economía tras la histórica caída por las medidas restrictivas; convertir en empleo los planes sociales cuando Argentina registra la menor tasa de empleo de los últimos 10 años; bajar la inflación; recuperar el poder adquisitivo de los salarios y achicar la pobreza que oprime casi al 50% de los argentinos, entre otros temas calientes de los que no se escapa el dólar.

El voto es obligatorio para los ciudadanos de 18 a 69 años y optativo para los jóvenes de 16 y 17 años y mayores de 70.

Estos comicios también comenzarán a definir los nombres rumbo a las elecciones presidenciales de 2023 y los liderazgos en una oposición dispersa sin un líder claro. Y como telón de fondo el debate por los más de 5 millones de contagiados y los cerca de 110.000 muertos por covid-19.

La pandemia, que irrumpió en Argentina cuando Alberto Fernández llevaba apenas tres meses en el Ejecutivo, y la respuesta gubernamental ante la emergencia sanitaria y económica son uno de los asuntos centrales en la campaña para estas primarias. Tanto, que estas PASO están cruzadas por la apatía de los votantes, que sumado a las bajas de miles de electores fallecidos, otros que están cursando el contagio de coronavirus, o simplemente son contactos estrechos -que están eximidos de la obligación de ir a votar- podría inducir una fuerte baja de la participación.

Igual, ayer el Gobierno nacional reiteró su invitación a votar "porque no es una actividad peligrosa" gracias a los protocolos para cuidar a los votantes y los 17 mil facilitadores sanitarios que harán respetar las normas.

Al momento de ir a votar, los electores deben utilizar tapabocas, sanitizarse las manos, respetar el distanciamiento de dos metros, no dar en mano su documento a las autoridades de la mesa electoral y se le sugiere no utilizar saliva para cerrar el sobre con la papeleta de votación. Y llevar su propia lapicera para firmar en el padrón.

Con todo este catálogo sanitario inédito, el Gobierno enfocó su campaña como un plebiscito a la gestión de Alberto Fernández frente a la pandemia. El mensaje del oficialismo apuntó a la batería de medidas de corte económico-social que se desplegaron para socorrer tanto a los sectores más empobrecidos como los más golpeados por la cuarentena, pasando por el Ingreso familiar de Emergencia (IFE) -que repartió $10.000 por tres meses a más de 9 millones de personas- hasta la ayuda a miles de empresas para pagar el sueldo a más de 3 millones de trabajadores privados a través de ATP. Mientras que la oposición todavía cuestiona los retrasos en la llegada de vacunas y la dureza de las restricciones sanitarias, especialmente el cierre de las escuelas por más de un año.

Aun en este contexto, el Gobierno sueña con dar hoy el primer paso hacia un escenario donde tenga el control de ambas cámaras del Congreso a partir de diciembre.

En el Senado, el FdT descuenta que mantendrá su hegemonía aunque enfrenta escenarios adversos en seis de las ocho provincias que renuevan senadores: Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Corrientes, Chubut, Misiones y Tucumán. Si bien corre el riesgo de perder 4 bancas no alteraría la mayoría K. En Diputados el oficialismo apuesta a sumar una decena de bancas para alcanzar el quórum propio.

Si gana el FdT se despeja el camino de Alberto, pero si el triunfo es con sabor a poco en la provincia de Buenos Aires, se acelerará el cambio de Gabinete. Los cañones apuntan a Sergio Massa para repetir el cargo que tuvo ya con CFK como nuevo jefe de ministros.