Se fueron juntando en cada esquina o barrio emblemático de Buenos Aires y Capital Federal, adueñándose de a poco de las calles porteñas para alzar su voz contra el Gobierno. Una multitud marchó por la Avenida 9 de Julio para copar la histórica Plaza de Mayo, el Obelisco, el frente y los alrededores del Congreso. El disparador de la masiva marcha fue rechazar la polémica reforma judicial, que ya tiene media sanción del Parlamento. Pero se mezclaron otros clásicos reclamos: la inseguridad, la corrupción, la inflación, la impunidad, etc, etc. De igual forma, otros miles de argentinos se hicieron sentir en casi todo el interior del país con cánticos, silbatos, bocinas y cacerolas.

Así se vivió anoche, desde las 19:30 hasta pasadas las 23, el 18A, la protesta convocada por las redes sociales que, por primera vez, sumo el apoyo explícito de los principales partidos de la oposición que pusieron a sus figuras al frente de la marcha a la que había convocado durante toda la semana. Ricardo Alfonsín, Elisa Carrió, Pino Solanas, Patricia Bulrrich, María Eugenia Stensoro, en otros tantos, se confundieron en los manifestantes comunes. Sin embargo, fue una protesta sin consignas o banderías políticas, y con la gente común como protagonista excluyente. Las pocas banderas partidarias que asomaron fueron las amarillas identificadas con el PRO del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que no participó en la marcha pero mandó a sus principales dirigentes.

Aunque la protesta se sintió fuerte en Córdoba, Santa Fe, Rosario, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Plata, Neuquén, La Pampa y Río Negro, el epicentro estuvo en Buenos Aires.

Las palmas y cacerolazos le marcaron el pulso a Capital y al conurbano bonaerense. La quinta presidencial de Olivos fue blanco nuevamente del enojo de la gente, a pesar que por esas horas, Cristina estaba volando rumbo a Lima.

‘Carcel‘, ‘K-Gate‘, resaltaban algunas pancartas que se alzaban frente a la quinta, otras advertían que ‘Cristina pesa euros, el pueblo carga muertos‘. Mientras que en las inmediaciones del Obelisco se leían carteles con las consignas como: ‘Corruptos fuera‘, ‘El pueblo está vivo, el modelo está muerto‘.

La multitudinaria protesta también estalló las redes sociales con miles de comentarios, salvo de dirigentes K que optaron por el ‘silencio virtual‘, al tiempo que la propia Presidenta escribió al menos 60 tweets durante la protesta pero sin hacer ninguna mención. De todas maneras, horas antes, en un acto en la Casa Rosada, CFK hizo una mención elíptica de los cacerolazos. ‘Bueno, al que le gusta protestar me parece bien, pero sería bueno que, además, todos podamos ayudar‘, dijo al referirse a las trágicas inundaciones de La Plata.