No hubo un registro único oficial, sólo los cálculos de los bancos, pero las crónicas periodísticas que resumían un año del corralito, revelaban que al menos unas 160 mil cuentas de sanjuaninos -cajas de ahorros y cuentas corrientes- quedaron atrapadas con el cepo de Cavallo y cuentas corrientes, iniciándose en la provincia unos 3.000 amparos.

A un año del corralito, en San Juan se iniciaron casi 5.000 amparos, 3.000 por el corralito propiamente dicho y otros 2.000 a organismos del Estado como la Obra Social Provincia, PAMI o el Ministerio de Educación. Estos últimos por interrupción de algunas prestaciones por la crisis financiera y la imposibilidad de los demandantes de cubrir gastos de internaciones, cirugías, etcétera, por culpa del corralito. Durante un año, los amparos colapsaron los juzgados de la provincia.

El amparo es un recurso legal que se utiliza en situaciones excepcionales y que tiende a remediar la violación de un derecho constitucional de manera rápida. Pero la cantidad de amparos superó la estructura existente en los juzgados, que a pesar del trabajo a destajo, no se pudieron tramitar en los plazos normales que deben ser de 48 horas como máximo. En ese momento, los tiempos de espera se triplicaron. De hecho, en San Juan, sólo salieron 77 amparos de fondo de los 3.000 presentados por el corralito hasta diciembre de 2202.

Tarjetas de débito

El cepo de Cavallo no sólo implicó una restricción para sacar dinero de las cuentas bancarias de millones de argentinos, también provocó un fuerte impacto para todos aquellos que estaban fuera del sistema.

En San Juan sólo un 20% de la población activa tenía en 2001 tarjeta de débito. Esto provocó un gran inconveniente en el pago de salarios de los trabajadores de la vitivinicultura y las chacras.

Los trabajadores tuvieron que esperar hasta que sus patrones les abrieran una cuenta bancaria o buscaran la manera de hacerles efectivo el pago. También disparó en la provincia una carrera a contrarreloj de los comerciantes para incorporar en sus negocios el uso del posnet (el sistema que permite la compra electrónica con la tarjeta de débito).

Por entonces la maquinita tenía un costo de $75 más IVA, pero las empresas que lo vendían lo rebajaron y dieron plazos para pagarlos.

Criterio judicial

En San Juan algunos jueces fueron amplios a la hora de disponer la restitución del dinero en la moneda originaria (dólar). Otros tuvieron un criterio más restrictivo haciendo lugar a medidas cautelares de entrega inmediata de dinero con dólar pesificado a 1,40 pesos en situaciones especiales: edad avanzada o enfermedad grave.

Tampoco faltaron, cerca de final del corralito, fallos que ordenaron la restitución del dinero en su moneda original o dinero suficiente para comprar dólares en el mercado libre. Así, se seguía un criterio alineado con medidas similares adoptadas por la Cámara de Apelaciones de Mendoza.

Por su parte el Juzgado Federal de San Juan dictó una resolución que declaraba la inconstitucionalidad de la medida, disponiendo el reintegro de los depósitos e dólares. Pese a todo este trabajo, nunca se reveló el número exacto de causas abiertas en la provincia contra el corralito. Tampoco la cantidad de sanjuaninos que lograron recuperar sus ahorros en dólares.