Fue un jueves negro en los mercados a nivel global, con un fuerte traspié para las acciones y bonos argentinos y suba del riesgo país en Wall Street por el impacto que tendrá sobre el comercio internacional la drástica imposición de aranceles recíprocos que anuncio en la víspera el presidente de los EEUU, Donald Trump.

La primera reacción del Gobierno argentino fue mirar la mitad de vaso medio lleno destacando que Argentina quedó entre el grupo de “países amigos” con menos aranceles, un 10 por ciento. Pero con el correr de las horas y frente a profunda preocupación entre los principales sectores exportadores locales, comenzó a operar en suelo norteamericano en busca de atenuar el impacto de los aranceles que amenaza con desatar una crisis global de comercio ya que en respuesta a los aranceles de Trump a China, Unión Europea, Canadá, ect, impondrán un nuevo cuadro de aranceles sobre los productos de EEUU. Es decir, hay en puerta una guerra comercial que la Organización de Comercio estima implicará una caída del 1% del comercio internacional.

Por eso, mientras el presidente Javier Milei arribaba a EEUU para recibir un premio en la residencia que Trump tiene en Florida y esperaba poder tener la foto con el mandatario estadounidense, el canciller Gerardo Werthein entró en acción: se reunió con el secretario de Comercio Howard Lutnick y con el United States Trade Representative, Jamieson Greer, que dirige la oficina encargada del tema arancelario.

Trump anunció “aranceles recíprocos”, que significó la aplicación de al menos 10% a todos los productos que ingresan a EEUU y esto afecta a la Argentina, que ya fue impactada por el 25% de aranceles globales al acero y aluminio que impuso EEUU semanas atrás.

El Gobierno argentino celebró que le hubieran impuesto el arancel mínimo que anunció Trump ya que otros como China, la UE y naciones asiáticas resultaron mucho más afectados con aranceles de hasta el 46%.

El presidente Javier Milei posteó “amigos son los amigos” en referencia a su relación con el republicano.

“Gracias por el excelente encuentro y la cálida bienvenida a nuestro equipo”, dijo Werthein tras el encuentro. “Trabajando juntos, vamos a fortalecer y expandir el comercio entre nuestras dos grandes naciones”, agregó. Y luego dedicó otro posteó a su reunión con Greer: “Un gran placer trabajar con ustedes y su equipo”, escribió el canciller. Fue el primer paso del Gobierno para intentar morigerar el impacto de la medida.

No se conocen detalles de las reuniones, pero el Gobierno busca que la “relación estratégica” bilateral y la buena sintonía entre Trump y Milei logre alguna exención tarifaria que limite el impacto arancelario en los productos argentinos. La ofensiva sería también al máximo nivel porque el jefe de la Rosada está en Palm Beach donde esperaba ayer encontrarse pasada la medianoche con Trump y allí plantearle su preocupación en persona.

La clave es que para la Argentina los productos se encarecerán un 10% para entrar a EEUU lo que hará que pierdan competitividad. Por eso, ya están en alerta, entre otros, los aceiteros, uno de los principales gerenciadores de dólares en el exterior.

En total, la medida de Trump afecta a unos 185 países y eleva la tasa arancelaria efectiva de EEUU a su nivel más alto en más de un siglo.

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Como el resto de los países de la región, los productos argentinos recibieron un 10% de aranceles recíprocos por parte de EEUU. De igual modo serán para Brasil, Chile, Perú, Guatemala, Honduras, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador y El Salvador. Las únicas excepciones fueron Bolivia, Nicaragua y Venezuela, con 20%, 18% y 15%, respectivamente.

La decisión forma parte del plan de “reciprocidad comercial” de Trump, que busca alinear los niveles arancelarios cobrados por los distintos países con los que EEUU les aplica a cambio. Hasta ahora, en alimentos, Argentina gravaba con un 16% los productos de EEUU frente al 4,6% que cobraban ellos. En químicos, 8,1% frente al 0,3%. En plásticos, 11% frente al 1,4%. En textiles, 20,9% frente al 6,1%. En metales, 13,7% frente al 0,2%.