Tras la muerte de Francisco, el cónclave de cardenales elegirá a su sucesor los próximos días, serían entre 15 y 20. En total son ocho las nacionalidades que aportarán sus candidatos al cargo de Papa y, entre ellos hay progresistas como Tagle y Zuppi, y conservadores como Burke y Erdö.
En total son más de 136 los habilitados a ocupar el cargo, pero, 10 son los principales. Los mismos son de Europa, Asia y Latinoamérica, y el veredicto final se conocerá próximamente tras la votación en la Capilla Sixtina. Por eso, cardenales de todo el mundo acuden a Roma tras la muerte de un pontífice. Se reúnen a diario en congregaciones generales para debatir asuntos eclesiásticos y exponer las características que, en su opinión, debe tener el nuevo Papa.
Francisco nombró a casi el 80% de los cardenales electores que elegirán al próximo papa, lo que aumenta la posibilidad de que su sucesor continúe con sus políticas progresistas, a pesar de la fuerte oposición de los tradicionalistas.
Los cardenales mayores de 80 años pueden asistir a las congregaciones generales, pero no pueden participar en el cónclave para elegir al próximo papa, que reúne a cardenales menores de 80 años. Gran parte del debate tiene lugar en interacciones personales entre los cardenales.
Tradicionalmente, se observa un periodo de luto de 15 días antes de que pueda comenzar un cónclave. Antes de dimitir en 2013, el papa Benedicto modificó la constitución para permitir que comenzara antes si los cardenales así lo decidían, o un máximo de 20 días después del fallecimiento si algunos cardenales tienen dificultades para llegar a Roma.
El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina. Hasta los dos cónclaves de 1978 que eligieron a Juan Pablo I y Juan Pablo II, los cardenales se alojaban en habitaciones improvisadas alrededor de la Capilla Sixtina.
La palabra cónclave viene del latín y significa ‘con llave’. Procede de una tradición que comenzó en el siglo XIII, en la que se encerraba a los cardenales para obligarles a decidir lo más rápidamente posible y limitar las injerencias exteriores.
En la actualidad, los participantes tienen prohibida toda comunicación con el mundo exterior. Los teléfonos, internet y los periódicos no están permitidos y la policía vaticana utiliza aparatos electrónicos de seguridad para hacer cumplir las normas.
Excepto el primer día del cónclave, en el que hay una sola votación, los cardenales votan dos veces al día. Para la elección se necesita una mayoría de dos tercios más uno. Si al cabo de 13 días no se ha elegido a nadie, se celebra una segunda vuelta entre los dos candidatos principales, pero sigue siendo necesaria una mayoría de dos tercios más uno.
‘HABEMUS PAPAM’
Cuando el cónclave ha elegido a un papa, se le pregunta si acepta y qué nombre desea tomar. Si lo rechaza, el procedimiento vuelve a empezar. El nuevo papa se pone las vestiduras blancas preparadas en tres tallas y se sienta en un trono en la Capilla Sixtina para recibir a los demás cardenales, que le rinden homenaje y prometen obediencia.
El mundo sabrá que se ha elegido un papa cuando un alto cargo del Vaticano queme las papeletas con productos químicos especiales para que salga humo blanco por la chimenea de la capilla. El principal elector entre los cardenales diáconos, actualmente el cardenal francés Dominique Mamberti, sale al balcón central de la Basílica de San Pedro para anunciar a la multitud en la plaza ‘Habemus Papam’ (‘Tenemos papa’).
El nuevo papa aparece entonces y da a la multitud su primera bendición como pontífice.
- El testamento
Los gastos de la sepultura de Francisco correrán por cuenta de ‘un benefactor (anónimo) que he dispuesto’: ‘Será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual he encargado las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas”, instruyó.
La austeridad con sello propio
Zapatos negros. En la primera aparición como el nuevo papa, Francisco rechazó la ‘mozetta’ roja, con pieles, y tampoco usó una cruz de oro, sino que conservó la misma cruz de plata envejecida que llevaba como arzobispo de Buenos Aires. También desaparecieron los lujosos ‘zapatos rojos del pescador’ usados por sus predecesores. Mantuvo los mismos zapatos negros sencillos que siempre utilizó y usó relojes de plástico de 20 dólares, regalando algunos para que fueran subastados para la caridad.
En tu nombre Asis. Tomó el nombre de Francisco en honor a Francisco de Asís, el santo asociado con la paz, la preocupación por los pobres y el respeto al medio ambiente. Francisco envió señales claras a los sacerdotes y obispos sobre el tipo de iglesia que deseaba. Dijo que no había lugar para “arribistas ni trepadores sociales” entre el clero, les dijo a los cardenales que no debían vivir “como príncipes” y afi rmó que la iglesia no debía ‘diseccionar la teología’ en salones lujosos mientras había gente pobre a la vuelta de la esquina.
El rol de los laicos. Durante su pontifi cado, una constitución del Vaticano reformada permitió que cualquier laico católico bautizado dirigiera la mayoría de los departamentos en la administración central de la Iglesia católica. A su vez, puso a más mujeres en roles de alto nivel en el Vaticano que cualquier otro. Hizo llamados para que la iglesia fuera más acogedora con las personas LGBTQ+, su aprobación de bendiciones condicionales para parejas del mismo sexo en 2023 y sus repetidas restricciones al uso de la misa en latín.
No extrañaba Argentina. A pesar de sus frecuentes viajes al extranjero, Francisco nunca regresó a su tierra natal tras ser electo Papa. Pero en una entrevista con Reuters, Francisco dijo que no extrañaba Argentina. “Solo extraño la calle. Soy un callejero. Realmente me gustaría poder hacer eso de nuevo, pero ahora no puedo”. En cambio, realizó más de 45 viajes, entre ellos a países de poco impacto para la Iglesia.
Un lazo al Islam. Francisco llevó el diálogo de la Iglesia católica con el Islam a nuevas alturas en 2019 al convertirse en el primer papa en visitar la península arábiga, pero los conservadores lo atacaron como ‘hereje’ por fi rmar un documento conjunto sobre fraternidad interreligiosa con líderes de otros credos.
> Una carrera papal de ocho países
Los posibles sucesores de Francisco son de: Filipinas, Italia, Ghana, España, EEUU, Hungría, Alemania. Paises Bajos. El más joven tiene 67 años y el más grande 81. Estos son:
Luis Antonio Tagle (67 años, Filipinas). Exarzobispo de Manila, actual prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Fuerte defensor de la justicia social y la inclusión.
Matteo Zuppi (69 años, Italia). Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Cercano a la comunidad de Sant’ Egidio, fue enviado por Francisco en misión de paz a Ucrania y EEUU.
Peter Turkson (76 años, Ghana). Exprefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Conocido por su enfoque sobre la justicia económica y el medioambiente.
Pietro Parolin (70 años, Italia). Actual secretario de Estado del Vaticano, designado por Francisco en 2013. Tiene una sólida trayectoria diplomática.
Juan José Omella (77 años, España). Arzobispo de Barcelona.
Luis Francisco Ladaria Ferrer (81 años, España). Jesuita, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aunque no puede votar, puede ser elegido.
Raymond Leo Burke (76 años, EEUU). Crítico severo de Francisco. Se opone a la comunión para divorciados vueltos a casar y a la apertura hacia la comunidad LGBTQ+.
Peter Erdö (72 años, Hungría). Arzobispo de Esztergom-Budapest. Se opone al acceso de los refugiados y a los cambios pastorales impulsados por Francisco.
Gerhard Ludwig Müller (78 años, Alemania). Crítico del papado de Francisco, sobre todo en materia doctrinal.
Willem Eijk (71 años, Países Bajos). Arzobispo de Utrecht. Teólogo tradicionalista, opositor a las reformas de Francisco.