La localidad de Hernando, conocida como La Capital Nacional del Maní, en el interior de Córdoba, atraviesa momentos de conmoción tras un trágico episodio ocurrido en la Escuela Primaria Bernardino Rivadavia. Durante la madrugada del pasado viernes, un grupo de delincuentes irrumpió en el establecimiento y acabó con la vida de Berni, el ternero mascota que formaba parte fundamental de un proyecto educativo escolar.

Todo se descubrió cuando estudiantes y docentes se preparaban para comenzar sus actividades habituales y notaron la ausencia de Berni. El animal, protagonista del proyecto Bio Escuela, transmitía a los niños conocimientos vinculados a sustentabilidad y ambiente.

Vanessa Espinosa, vicedirectora de la institución, relató a El Doce TV: “Lo buscamos por todos lados y encontramos el cerco roto con una pinza. Pensamos que lo habían robado, pero jamás imaginamos este nivel de crueldad”.

El brutal ataque al ternero incluyó maltrato extremo y dejó una profunda huella emocional en los alumnos y docentes del colegio (RH1 Radio Integración Hernando)
La incertidumbre originó una búsqueda en la que participaron personal del colegio, vecinos y la policía local. Las pistas llevaron hacia restos de Berni, hallados en diferentes sectores del pueblo.

La investigación culminó en la vivienda de un hombre de 39 años situada sobre la calle Soldado Carrascul, donde los uniformados realizaron un allanamiento cerca de las 13.50 horas del mismo viernes. Según un comunicado policial que citó FM2000 Hernando, al ingresar, los agentes secuestraron aproximadamente cincuenta kilogramos de carne, una maza de diez kilogramos, dos cuchillas, un machete y un teléfono celular.

El cuerpo del ternero fue hallado faenado, presentando signos de maltrato extremo. “Había sangre por todos lados y la carne ya estaba en descomposición. Fueron tirando partes por el pueblo. No lo hicieron para comer. Fue por pura maldad. El animal sufrió muchísimo, lo mataron con una tenaza”, expresó conmocionada Espinosa.

Además, sostuvo que el responsable detenido, que según El Doce TV se trata de un albañil oriundo de Santiago del Estero, no actuó solo y pertenecía a un grupo que habría ingresado bajo los efectos de estupefacientes.

“Somos un pueblo y acá se sabe todo. Fue un grupo de personas que entró drogado y lo mató”, remató.

El procedimiento concluyó con la aprehensión del sospechoso, quien quedó a disposición de la justicia junto con los elementos incautados. El caso quedó a cargo de la Fiscalía de Río Tercero.

Espinosa describió, conmovida, las reacciones de los niños frente al hecho: “Había gritos y llantos por todas partes. Al principio querían buscar una solución, ayudar, preguntar a los vecinos. No queríamos decirles lo que había pasado, pero después se enteraron por las redes y por comentarios de la gente. Se metieron con los chicos. Les rompieron el corazón”.

La escuela Bernardino Rivadavia había instalado desde hace tiempo el objetivo de enseñar a través de la convivencia con distintos animales, lo que fue repentinamente interrumpido por el hecho. El episodio no solo alteró la vida escolar, sino que impactó en toda la comunidad, generando repudio y tristeza a partir de la brutalidad del acto y la huella emocional que dejó en los menores y docentes involucrados.

Una investigación judicial en Río Negro concluyó con la detención de cuatro hombres oriundos de Santiago del Estero, señalados por el robo y faena de 60 cabezas de ganado que pertenecían a un productor local. La maniobra, que habría implicado una pérdida de $40 millones, se extendió durante varios meses y, según las pesquisas, la carne se comercializaba informalmente a través de Facebook y WhatsApp. Ocurrió en septiembre pasado.

El caso se inició tras la denuncia de un hombre de 50 años, propietario de 110 hectáreas en el paraje El Cachi, a 15 kilómetros de Ojo de Agua. El productor no se presentaba en su campo desde el inicio de la pandemia, pero decidió retornar tras recibir alertas de vecinos sobre movimientos extraños. Al ingresar, constató el faltante de buena parte de su ganado, incluyendo vacas, toritos y terneros, según su propio testimonio.

Durante su ausencia, el predio quedó bajo la custodia de un trabajador de apellido Farías, quien habría presentado su renuncia unos meses atrás. El propietario, Alessandrini, relató que Farías le informó sobre supuestas muertes de animales, aunque la investigación apunta a otro desenlace.

Las sospechas se acrecentaron cuando vecinos notaron publicaciones de venta de carne en redes sociales, lo que provocó la denuncia en la Comisaría Comunitaria N°31 de Ojo de Agua.

Tras la intervención de la fiscal Norma Matach y la jueza Érika Casagrande, se llevaron a cabo allanamientos en la región, encabezados por la policía local y la Sección Robo y Hurto, supervisados por el Departamento de Seguridad Ciudadana N°15.

Durante los procedimientos en El Cachi, detuvieron a O.B. (37) y D.M. (47), y secuestraron una camioneta Ford F-100 y una escopeta calibre 16. Posteriormente, D.A. (38) y R.C. (59) se entregaron de manera voluntaria y también fueron detenidos.