El Gobierno nacional definió postergar hasta después de las elecciones legislativas las reformas estructurales que tiene en agenda, principalmente la laboral y la impositiva. Según confirmaron fuentes oficiales al medio TN, la estrategia apunta a esperar el recambio legislativo de diciembre, con la expectativa de contar con más bancas propias en ambas cámaras del Congreso.
Desde Balcarce 50 reconocen que el escenario actual no permite avanzar sin conflictos. “A partir del 11 de diciembre nuestra posición va a ser distinta”, aseguraron funcionarios cercanos al presidente Javier Milei, en referencia a una nueva composición parlamentaria más favorable a los proyectos del Ejecutivo.
Recalibrar tras el freno en jubilaciones
La decisión también se enmarca en el reciente revés que sufrió el oficialismo en el Senado, donde no pudo frenar el proyecto de aumento jubilatorio. Ese episodio llevó al Gobierno a recalcular su hoja de ruta y guardar sus principales reformas hasta que el contexto político sea más favorable.
En el caso de la reforma laboral, el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado —que lidera Federico Sturzenegger— ya trabaja en los borradores de modificación, en coordinación con el llamado Consejo de Mayo, que se reunió por primera vez a fines de junio y volverá a encontrarse este lunes.
Códigos y contratos, también en pausa
Además de la reforma laboral e impositiva, el Gobierno prevé presentar —también después de las elecciones— reformas profundas del Código Penal y del Código Civil y Comercial. En el primer caso, ya circula un borrador elaborado por una comisión de juristas integrada, entre otros, por los jueces Mariano Borinsky y María Eugenia Capuchetti.
Ese texto propone incorporar delitos vinculados a ciberdelitos, Inteligencia Artificial, corrupción e incendios, además de sancionar la venta de niños y reforzar penas por fraude informático.
En el plano civil, el Gobierno impulsa cambios orientados a reducir la intervención estatal en los contratos entre privados, promoviendo la propiedad privada, la mediación y el arbitraje como formas de resolución de conflictos.
De este modo, el oficialismo apuesta a un segundo tiempo legislativo con mejores condiciones para avanzar en su proyecto de reforma integral del Estado. Por ahora, guarda sus cartas.

