Janet Arotinco Palomino volvía de bailar de un boliche en el barrio porteño de Liniers a su casa en La Matanza. La acompañaba, desde atrás, un perrito de la calle negro, cuando un hombre la atacó por la espalda y en cuestión de segundos la degolló hasta matarla.

El femicidio ocurrió este domingo por la mañana en la esquina de Huergo y Sáenz Peña. El atacante no le robó nada: cuando la Policía llegó al lugar la mujer, de 44 años, todavía tenía en su poder su teléfono celular, dinero en efectivo, la tarjeta SUBE y las llaves de su casa.

La alerta la dio una vecina que escuchó los gritos de la víctima. Llamó al 911 luego de observar por la ventana que Arotinco Palomino estaba tendida sobre el asfalto. Casi de manera simultánea al arribo de la ambulancia llegó su marido, Américo Isaias C.C., de 56 años, de nacionalidad peruana como su esposa. El fiscal de Homicidios de La Matanza, Carlos Arribas, investiga el crimen de momento como un homicidio y se desconoce por ahora si el atacante conocía a su víctima.

Se constató una herida fatal importante en el cuello, de 12 centímetros de extensión, y otra en el tórax que, según los informes forenses preliminares, no habría sido letal. Ambas fueron producidas con un objeto punzante, se presume que un puñal.

Las primeras investigaciones confirmarían que el hombre no había estado en el boliche bailable donde había estado durante la noche Arotinco Palomino, sobre la avenida Rivadavia, un lugar al que asiste la gran comunidad boliviana de la zona de Liniers.

Arribas está dedicado a revisar las cámaras de seguridad para intentar identificar al sospechoso y reconstruir las últimas horas del asesino y de su víctima. De momento no se sabe si entre ellos existía algún tipo de relación o conocimiento mutuo. “En la zona hay muchas fábricas y seguramente mañana tendremos un panorama mejor”, comentó una fuente del caso.