El nivel de actividad económica en Argentina se retrajo un 1,8% durante marzo, según datos oficiales preliminares. Se trata de la primera caída mensual desde abril de 2024 y la más profunda desde diciembre de 2023, en un contexto de alta tensión cambiaria y expectativas de reconfiguración en el modelo económico.
El retroceso se produjo en plena negociación del Gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para alcanzar un nuevo acuerdo, mientras los mercados aguardaban definiciones sobre una posible modificación en el esquema cambiario.
La combinación de la desaceleración de la demanda interna, la incertidumbre financiera y la persistencia de altos niveles de inflación configuró un escenario de enfriamiento de la actividad, con impacto en sectores clave de la economía.
Si bien se esperan datos más desagregados en los próximos días, los analistas señalan que la construcción, el comercio y la industria manufacturera fueron algunos de los rubros más afectados durante el mes.
Este retroceso genera preocupación en el Ejecutivo, que apuesta a una recuperación a partir del segundo semestre del año. Sin embargo, las definiciones económicas —como la continuidad del cepo, el futuro del tipo de cambio oficial y el nuevo entendimiento con el FMI— serán determinantes para delinear el rumbo del resto del 2025.

