Desde hace algunos años, el metaverso dejó de ser una fantasía de ciencia ficción para convertirse en una tendencia con impacto real. Videojuegos, plataformas de azar y redes sociales están convergiendo en espacios virtuales donde las reglas del juego —literalmente— se están reescribiendo.
No es casualidad que los principales actores del mundo digital estén invirtiendo millones en estos entornos. Tampoco es coincidencia que usuarios jóvenes pasen horas ahí, entre partidas, skins, sorteos y dinámicas sociales integradas.
¿Qué tienen que ver los juegos de azar con el metaverso?
A simple vista, podría parecer que el metaverso está más ligado a lo visual, a la realidad aumentada o a los NFT. Pero el componente de azar también se ha hecho presente, muchas veces camuflado como mecánicas de juego.
Un ejemplo claro es Plinko, originalmente un juego de televisión, que ha sido adaptado como experiencia interactiva en diferentes plataformas de metaverso. Allí, los usuarios lanzan fichas, cruzan los dedos, y esperan que la suerte — o el algoritmo — esté de su lado.
Estas dinámicas no son solo decorativas. Tienen impacto real: entregan tokens, desbloquean contenido o dan acceso a espacios exclusivos dentro del entorno virtual. En algunos casos, incluso se cruzan con sistemas de economía digital.
Chile y su entrada al mundo inmersivo
Chile tal vez no sea la primera parada cuando se habla de innovación global, pero ya está dando pequeñas grandes señales que nadie puede ignorar. Sus universidades, algunas startups y comunidades de programadores están arrancando proyectos creativos en el metaverso, y lo hacen con mucha más imaginación que dinero.
Para muestra, varios festivales en el país se han mudado a mundos 3D y algunas escuelas pilotan clases, visitas guiadas y tutorías virtuales. El rubro del entretenimiento tampoco se queda atrás: artistas locales montan salas temáticas, crean juegos y hasta abren casinos simulados para usuarios que votan por aventuras compartidas.
Aunque el ecosistema sigue siendo pequeño, su crecimiento es casi exponencial. Ese avance brota justo en la esquina donde la cultura, el ocio, la economía y la tecnología deciden cruzar ideas y personas.
¿Y los casinos virtuales?
Los casinos no se han quedado fuera. De hecho, han sido de los primeros en adaptarse. Algunas marcas globales ya ofrecen salas completas en VR donde puedes jugar blackjack o ruleta con avatares.
En Latinoamérica, algunas plataformas como casino MelBet han empezado a explorar estos modelos, apostando por una integración visual más envolvente y mecánicas híbridas. Aunque aún no se masifica, la dirección es clara: lo digital no es futuro, es presente.
Lo interesante será ver cómo se adapta la regulación chilena a este nuevo escenario. Porque los límites entre “juego” y “azar” ya no están tan claros.
¿Qué actores están impulsando este proceso?
El avance no depende solo del Estado o las grandes empresas. En Chile, varios actores están empujando desde abajo: desarrolladores independientes, tecnólogos curiosos, gamers que migran hacia espacios más interactivos.
A continuación, algunas iniciativas clave que ya están dejando huella:
- Eventos educativos en metaversos como Spatial o Decentraland
- Estudios de diseño que desarrollan entornos virtuales para marcas chilenas
- Proyectos de turismo digital en regiones como Atacama o Rapa Nui
- Hackatones centradas en blockchain y economía del juego
- Participación chilena en torneos de e-sports realizados en entornos 3D
Este tipo de movimiento demuestra que no se necesita ser Silicon Valley para innovar. Se necesita comunidad, curiosidad y algo de visión.
Tabla: Iniciativas chilenas vinculadas al metaverso (2021–2024)
| Proyecto / evento | Área de impacto | Plataforma utilizada | Año |
| HackChile VR | Educación y desarrollo | Mozilla Hubs | 2022 |
| Atacama 360 | Turismo virtual | Meta Horizon Worlds | 2023 |
| Feria de Videojuegos Independientes | Cultura / gaming | Decentraland | 2024 |
| Metafest Valparaíso | Música y arte digital | Spatial | 2023 |
| Talleres U. de Chile sobre Metaverso | Académico | FrameVR | 2022–24 |
El azar como motor de interacción
En el metaverso, muchas experiencias no funcionan sin un componente aleatorio. No todo puede ser controlado por el jugador. Esa incertidumbre, ese “a ver qué toca”, se ha convertido en un gancho clave.
De ahí que se integren sistemas de ruleta, cofres misteriosos o tiradas tipo tragamonedas. En entornos donde todo es predecible, un poco de azar genera emoción. Y también retención.
Los diseñadores lo saben: cuando hay recompensa variable, el usuario se queda más tiempo. Lo importante es cómo se equilibra esa mecánica sin que se vuelva abusiva.
Riesgos y puntos en debate
Todo esto suena innovador, pero también abre preguntas complejas. ¿Cómo se protege a menores dentro de entornos virtuales donde hay mecánicas tipo casino? ¿Qué sucede con los datos personales? ¿Qué nivel de control tienen realmente los usuarios?
En Chile, estas discusiones recién comienzan. Algunos sectores piden marcos legales más claros. Otros exigen educación digital urgente para docentes y padres. Nadie quiere frenar la innovación, pero tampoco dejar un vacío donde los más vulnerables paguen el precio.
Lo que podría venir para Chile
Si Chile logra combinar su creatividad local con herramientas tecnológicas, puede posicionarse como referente en el desarrollo de experiencias inmersivas en español. Especialmente si lo hace con enfoque ético y mirada a largo plazo.
El metaverso no es solo un espacio de juego: es una nueva plaza pública. Un lugar donde se cruzan economía, cultura, azar, entretenimiento y política. Y Chile, si sabe moverse, puede ocupar un lugar propio ahí.
