La interna en el Gobierno nacional se profundizó este jueves tras la sesión del Senado en la que la oposición logró convertir en ley el aumento a las jubilaciones, la reactivación de la moratoria previsional y la declaración de la emergencia en discapacidad. La Casa Rosada no solo perdió la votación: el Presidente Javier Milei cargó con dureza contra su propia vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien calificó de “traidora” por no haber frenado el debate.

Desde un acto en la Bolsa de Comercio porteña, el mandatario acusó a Villarruel de haber facilitado la aprobación de iniciativas que, según su visión, “atentan contra el equilibrio fiscal”. Aunque no la nombró directamente, Milei fue categórico: “Esto lo hicimos con el 15% de la Cámara de Diputados, siete senadores, una traidora, pero con el mejor jefe de Gabinete de la historia, que es Guillermo Francos”.

El jefe de Estado anticipó además que vetará las leyes aprobadas y, en caso de que el Congreso rechace su veto, recurrirá a la Justicia: “Vamos a vetar. Y si el veto se cae, lo vamos a judicializar. Y si aún así avanza, el daño será mínimo y lo revertiremos el 11 de diciembre”.

El cruce con Villarruel escaló aún más cuando la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se sumó con un fuerte mensaje en redes: “No sea cómplice del kirchnerismo destructor. Levántese, Sra. Vicepresidente. No denigre la institución que preside”. La respuesta de Villarruel no tardó: defendió su accionar como titular del Senado y acusó a Bullrich de haber integrado “organizaciones terroristas” y de haber cambiado de partido político según le convenía.

“La democracia fue denigrada cuando personas que integraron orgas terroristas, como en su caso, manejaron durante décadas el destino del país”, escribió Villarruel, y remarcó: “Me votaron para defender la institucionalidad, no para levantarme cuando las papas queman”.

En paralelo, la vicepresidenta reafirmó que la sesión del Senado fue convocada en tiempo y forma y que, como autoridad de la Cámara, su obligación era presidirla, más allá de las diferencias políticas. También subrayó que los senadores “representan a sus provincias y son soberanos” para decidir sobre los proyectos.

La tensión dentro del oficialismo quedó así expuesta en una jornada que terminó con acusaciones cruzadas, grietas internas cada vez más visibles y un paquete de leyes clave que el Ejecutivo ya adelantó que buscará frenar por todos los medios.