La causa por la sucesión de Beatriz Sarlo, fallecida en diciembre de 2024, sumó este viernes un nuevo capítulo: la Cámara Civil decidió apartar al juez Carlos Goggi, quien había excluido a Alberto Sato, primer marido de la escritora, como heredero. Además, los camaristas ordenaron que se lo reconozca nuevamente como parte de la sucesión, al tiempo que convocaron al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que se presente en el expediente, en caso de que no haya herederos directos.
El juez Goggi había excluido a Sato bajo el argumento de que se encontraba separado de hecho de Sarlo al momento de su muerte. Sin embargo, la Cámara entendió que esa decisión fue prematura y sin análisis de fondo, lo que implicó un “prejuzgamiento” de la situación.
Sarlo murió el 17 de diciembre de 2024, a los 82 años, tras sufrir un accidente cerebrovascular. Poco después se inició la disputa por sus bienes, especialmente su departamento en el barrio porteño de Caballito, donde se presentó un inesperado actor: Melanio Alberto Meza López, encargado del edificio.
Meza aportó dos cartas supuestamente escritas de puño y letra por Sarlo, en las que la intelectual le asignaría el cuidado de su gata Niní y, en una de ellas, también le dejaría su propiedad. Los escritos, fechados en junio y agosto de 2024, están firmados y podrían ser considerados testamentos hológrafos, según indicó el perito calígrafo Pablo Pisano.
Sin embargo, la validez legal de esas cartas está bajo análisis. Aunque contienen fecha, firma y redacción manuscrita, aún no se ha podido comprobar que el trazo pertenezca a Sarlo. Además, la Justicia deberá determinar si la frase “quedás a cargo de mi departamento” implica una cesión patrimonial efectiva o una simple expresión de voluntad informal.
El expediente ahora queda en manos de un nuevo magistrado, quien deberá ordenar las pericias caligráficas correspondientes y resolver la disputa entre Sato, Meza y un eventual reclamo del Estado porteño como heredero vacante.

