Carlos Gardel baleado por líos de polleras

 

Son lindos los entreveros dialécticos, donde dos o más personas juegan con su memoria y compiten por quien recuerda el dato exacto de tal hecho histórico. Sea político, social, o deportivo. Si usted quiere ver uno de esos entuertos de café, y ama el fútbol, puede encontrar en internet, un cuento de Fontanarrosa, que se titula "El ocho era Moacyr”. Cinco amigos debaten en torno a la composición del famoso equipo de Argentinos Juniors de los años setenta. Aquellos estaban empantanados con el nombre del marcador de orilla derecha, o sea el cuatro. "Moreno, Valentino y Ditro; el cuatro, Ramaciotti y Malazzo, Canceco, Pando, Carceo, González y Sciarra. Pero el cuatro me falta. Era petisito, fierito, de bigote, después fue a River, pero ¿cómo se llamaba?”. Cerca de la mesa había un curioso, al que aquellos amigos desconocían, pero que le gustaba meter la cuchara de tanto en tanto. Los muchachos no habían podido dormir con la incógnita de aquel "cuatro” y habían vuelto al café a renovar la charla. En eso, el desconocido pescó en el aire de quien se trataba y lanzo el nombre con total naturalidad. "Sainz”, dijo a secas. Los otros se asombraron de su conocimiento, lo invitaron a la mesa, se sacaron fotos con él y lo abrazaron como un héroe. Antes, sospechaban de él y hasta alguno supuso que "debe ser gay”. Cosas del fútbol y de las mesas de café. Pero este caso que voy a contar ocurrió aquí, en la calle General Acha, cerca del "Súper”. Por ahí venía a paso lento y campechano el doctor Guillermo Sansó, y se me acercó. "Hola, en la nota del domingo sobre los antiguos cabaret porteños, hay un error”. Ya habíamos sentado nuestro gusto por el tango, a raíz de otras notas. "Usted dice que a Gardel lo baleó un tal Guevara, arquitecto mendocino, en el Armenonville. No fue así. Fue "camino” al Armenonville, y el que lo baleó fue Roberto Vergara Lynch, dicen que tío del Che Guevara”. Quedé en revisar mejor la historia y recurrí a la autorizada versión de Néstor Pinzón. Según él, fue cuando Gardel y unos amigos, entre ellos Razzano, salían del Palais de Glace y se dirigían al Armenonville, que estaba donde se levanta hoy el Automóvil Club Argentino. En el camino se encontraron con otro grupo, en el cual venía una mujer que atrajo la atención de Razzano. Este habría querido "levantarla” y eso provocó la reacción de Vergara Lynch, quien disparó, pero la bala le dio a Gardel. Como conté, le salvaron la vida y Gardel siguió cantando. Pero no extrajeron la bala. Ese episodio fue en 1915, cuando Gardel festejaba sus 25 años de edad. De modo que el doctor Sansó tenía razón y agrego este comentario de Pinzón. "Cuando Gardel murió en Medellín, la autopsia determinó que tenía una bala incrustada y eso hizo suponer que a lo mejor hubo una riña en el avión que hizo precipitar la tragedia. Pero se comprobó que no era así, pues esa bala hacía 20 años que estaba en el cuerpo del inmortal, a raíz de aquel hecho de sangre, por una mujer”. Aclarado aquel suceso, gracias al doctor Sansó, uno de los gardelianos más fieles de nuestra provincia.

Por Orlando Navarro

Periodista