El cielo de San Juan vibró en su tela, 
descendió a su paleta para siempre
y se hizo internacional con armonía.
Color y luz fue la majestad del cielo,
pájaro suelto el pincel que dio las formas
fluyendo en celestial vibrante gorjeo,
en expresiva línea reflexiva y creativa.
Incólume andamiaje, compactos monumentos,
del místico diseño de Mario Pérez.
Bendecido con luz germinativa y perspectivas,
con minucioso detalle de pinceles cual plumas
amalgamando el dinámico estandarte colorido, 
su paleta de añiles ya descansa.
Y en la perseverante y cristalina aurora,
suma de acordes de límpida geometría,
desde San Juan proyectando el arco iris
¡fue con su inconclusa paleta al sueño eterno!