Señor director:
A usted papá es una sencilla manera de honrar a quien con mucho esfuerzo y dedicación me ha otorgado la dicha de poder ir tras mis sueños e ideales. Es valorar a quien recorrió un largo camino y que hoy comienza a disfrutar del merecido descanso, luego de años de trabajo. A usted papá quiero decirle en estas simples palabras que, a veces intento pronunciarle, pero la rapidez del tiempo, la manera acelerada de vivir nos hace olvidarnos de las cosas más valiosas, esas que valoramos cuando ya no están.
Usted papá me ha enseñado lo que significa el respeto. No es anticuado tratar a una persona de usted, sino más bien es demostrar la sana, y humilde educación que uno recibió. Seguro que en estos momentos en que una etapa importante de su vida ha llegado a su fin, se preguntará qué cosas hice. Cómo me ven mis hijos. Qué hago ahora. Quiero decirle que usted renunció muchas veces a sus anhelos para empujar los míos. Es por ello que lo veo como ese hombre que nunca me reclamó resultados, sino que con su silencio, me impulsaba a luchar por mis sueños. No me permitía rendirme, pese a las adversidades y necesidades que juntos pasamos.
Me enseñó a no renegar nunca de nuestros orígenes. Pero a su vez, me enseño a no conformarnos con esa realidad, sino más bien transformarla sin perder nuestra esencia.
A usted Orlando César Cuello, quiero decirle gracias, por tener el privilegio de ser su hijo. Gracias a Dios, porque en él esta la fortaleza de nuestra vidas y hasta aquí el nos continúa sosteniendo.
Honra a tu padre y a tu madre y se alargarán tus días. Nunca dejaré de sentirme orgullosos de ustedes.
