Coartar la libertad de las personas no es bueno, como tampoco lo es recortar sus derechos y por ende el aborto es aborrecible en todo el mundo, se lo mire por donde se lo mire.


Pero en Argentina desde el 13 de diciembre pasado además de imponer el violar los derechos del niño por nacer, se esgrimió un "Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo" (ILE) del Ministerio de Salud Publica de la Nación, que discrimina los derechos de la paciente y del médico. 


Como mujer y madre de familia, pero también como paciente me afectó mucho percibir que este protocolo me enajena de mis derechos y así lo entendí al leer las conclusiones de una organización nacional interdisciplinaria y alejada de las ideologías como es el Centro de Bioética, Persona y Familia.


Entre las diez violaciones a leyes nacionales e internacionales, según éste comité, la obligación de ofrecer el aborto se refuerza en las páginas 24 y 25 del protocolo ya que advierte sobre la responsabilidad penal, civil o administrativa del médico "por el incumplimiento de sus obligaciones en el ejercicio de su profesión". 


Queda claro que el primer afectado en sus derechos luego del niño, ahora es el médico y el personal hospitalario: "si el médico no ofrece el aborto, podría llegar a ser pasible de un reclamo por haber perdido la chance de abortar, como si se tratara de un pretendido derecho", según explica el referido centro de bioética. Y más adelante también nos recuerda: "Todo ello configura una coerción sobre la libertad de los profesionales de la salud, que no solo viola sus deberes deontológicos y el juramento hipocrático, sino que además atenta contra las libertades más básicas. No se puede ejercer una profesión bajo amenaza. El caso Rodríguez Lastra es demostrativo de esta situación. Pero esta resolución también incumple la ley de derechos del paciente en todo el protocolo, tal como lo expresa el Centro de Bioética, Persona y Familia, ya que "se insiste en que el único contenido que informa el médico es el referido a la realización del aborto y no se ofrece ninguna alternativa. Así, estamos ante una manipulación de la información que se brinda a la mujer y que condiciona su decisión".


También cómo madre y mujer, se que nadie nos habla del dolor físico, psíquico y espiritual posaborto en el que todo el mundo nos deja solas. Por ello este protocolo ILE, "incumple las normas vigentes sobre consentimiento informado" especificadas en el artículo 5 inciso e de la ley 26.529 de Derechos del Paciente que dice que el consentimiento se brinda luego de recibir información sobre "la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el procedimiento propuesto".



Por Silvina Rodríguez
EFEC María Madre de Dios