Señor director: 


Las tradiciones paganas de culto afirman que los animales no tienen alma y que las plantas no sienten, por lo que los seres humanos podemos usar a nuestro arbitrio estos seres vivos y estas formas de vida, incluso abusar de ellos. 


Personas de todas las generaciones han sido marcadas por esta idolatría. Por eso los animales en general llevan el sello de estar "destinados para el uso y el consumo''. 


Los seres humanos deberíamos ofrecer protección a las criaturas animales en lugar de ser para ellos la imagen del horror, de quienes hay que huir. 


La Tierra maltratada se rebela, y muchos preguntan por qué permite Dios tales cosas, cuando las tormentas y tornados destruyen casas, cuando las mareas inundan el suelo firme, cuando por la sequía y aridez se hacen estériles grandes extensiones de tierra. Todo esto y mucho más ha sido causado por el hombre, según la ley que el ser humano mismo se ha impuesto y que dice: "Lo que siembras, cosecharás".