Señor director:

A veces no alcanzan las palabras para agradecer la tremenda labor que realizan los profesionales de la salud, en especial cuando nos toca un día tan triste. Todo ocurrió el día 21 de noviembre del presente año. Gerardo, mi esposo, enfermó de repente. Lo atiende el doctor Pi. Habló para pedir una ambulancia y lo trasladaron al Hospital de Pocito. El doctor Villegas y demás personal lo recibieron con muy buena atención y dedicación en los primeros auxilios. A los pocos minutos, mi esposo tuvo una recaída. Entonces el doctor decide trasladarlo al Hospital Rawson. Justo pasó en el Día de la Sanidad. Recalco esto porque el doctor Pi y su esposa Marta tuvieron una atención más que excelente. En la ambulancia, tanto el chofer, Eduardo Barud, como el enfermero Gabriel Castro, tuvieron el trabajo más arriesgado. Ese día me tocó estar y vivir el momento más cruel acompañando a mi esposo. Al llegar al Hospital Rawson, el doctor Leonardo Affronti y su equipo hicieron todo lo posible para brindar una atención excelente. Mi Gerardo quería volar al lado de su sagrado Corazón de Jesús. Me dejó, también a los hijos y nietos con el corazón destrozado por su partida tan repentina. Luego de lo sucedido, quiero agradecer a Cochería Lanusse, al secretario de turno, Mauricio Zalazar, por tan delicada y respetuosa atención, sin olvidarme de los señores que tuvieron a cargo del traslado, Fernández y Páez, por su respeto y dedicación. Gracias a todos.