Goleta "Monte Protegido'', hundido en la Primera Guerra Mundial.


En 1917 la Primera Guerra Mundial estaba en pleno desarrollo. La Argentina se mantenía neutral. Las relaciones con la Alemania de Guillermo II eran de cordial respeto. Sin embargo, a principios de ese año los aires cambiaron. El 4 de abril de 1917 a pocas millas de la costa Sur de Inglaterra, un submarino alemán hundió a la goleta "Monte Protegido'', de bandera argentina. La protesta de nuestro gobierno fue respondida con el argumento de que el barco había zarpado antes de declararse la guerra submarina sin restricciones. Alemania le había comunicado a los países neutrales que evitaran enviar sus barcos a las zonas sometidas al bloqueo, ya que serían hundidos sin previo aviso. Después de ese episodio, Arthur Zimmermann, secretario de Estado de Guillermo II, le aseguró al gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen, que se repararía el daño causado. Finalizada la guerra a bordo del acorazado Hannover, se izó la bandera argentina bajo los acordes del Himno Nacional. La relación entre ambos países empeoró meses después, cuando un submarino alemán hundió a otro buque de bandera argentina, el vapor "Toro'' a 84 millas al Sudoeste del Cabo Espartel, antes de llegar a Gibraltar. El barco tenía como destino el puerto de Génova (Italia). Su cargamento consistía en carne congelada, cueros, lanas, grasas y tanino. Tras este nuevo hundimiento presiones internas le exigían a Yrigoyen que rompiera relaciones con Alemania, la reparación por el daño sufrido además de "demandar la seguridad de que Alemania respetaría en lo sucesivo a los barcos argentinos libre navegación en los mares''. Más allá de argumentar que el "Toro'' se dirigía con mercadería de contrabando a bases Británicas, Berlín accedió a los requerimientos argentinos. Prometió reparar al país y reconocerle a la Marina Argentina, libre navegación, según las normas del Derecho Internacional. Algo que no ocurrió, porque el embajador alemán aconsejaba hundir a los barcos argentinos "sin dejar rastros''. A pesar de todo no se produjo la ruptura de relaciones. El resultado de este episodio fue que Argentina se mantuvo neutral hasta el final de la Primera Guerra Mundial.



Por Carlos R. Buscemi
Escritor