Señor director:

Es verdad que todo niño quiere ser amado, pero quiere también que se ocupen de él. Cuando no se les brinda la atención que requieren, con alguna frecuencia nos hallamos con niños que presentan una conducta incorrecta, en demanda de esa atención.

Y así, niños que muestran una conducta normal hasta que se produce el nacimiento de un hermanito, no habiendo recibido siempre la debida preparación por parte de sus padres.Y de se modo, a veces opta por tener una mala conducta, para obtener la atención de su madre, que el niño cree está dirigida sólo al más pequeño.

En esta situación se requiere obrar con suma prudencia por parte de los que rodean al niño para que él sienta que se le sigue amando como siempre, y para que comprenda que el nuevo hermanito necesita una atención más intensiva.

El amor de sus padres es el factor de mayor importancia en la vida de los hijos, amor que además de existir en los padres, se expresa con los hechos y las palabras. Sin embargo, un amor mal entendido hacia los hijos por parte de sus padres, hace que éstos los mimen en exceso atendiendo todos sus caprichos; por esta situación, estos niños presentan una conducta insoportable.

Debemos tener en cuenta, por el contrario, que un auténtico amor, un amor bien entendido, es aquel que está orientado a que el carácter, la mente y el cuerpo del niño alcancen un desarrollo normal.