Señor director:

Es lamentable lo ocurrido en un colegio de la ciudad de La Plata, en Buenos Aires, con la docente 
que fue amenazada por un alumno para que lo aprobara en una materia que debían rendir. Hasta dónde llega la caradurez y osadía de ese joven y que rol cumplen su padres en todo ésto.

No se trata de un simple acto de indisciplina ni una travesura juvenil, se trata de tener en vilo a una persona que ha elegido la docencia para cumplir con el propósito impartir conocimientos y contribuir con su educación. Tal vez en ese marco se entienda por qué la mujer dijo que más que temerosa está muy preocupada y triste por lo que está pasando con los educandos.

La metodología empleada por el alumno para amedrentar a su maestra, es decir enviar una carta anónima con una bala en su interior, es digna de los modelos mafiosos más popularizados por la televisión o el cine y da una idea de la corriente o línea de pensamiento que están siguiendo muchos jóvenes, precisamente, en su etapa formativa.

Las autoridades educativas competentes tendrán que tomar este caso en particular para evitar que se generalice y termine distorsionando las bases del proceso de enseñanza-aprendizaje.