Señor director:


En California una high school, a unas veinte millas al sur de San Francisco, ha decidido prohibir a los alumnos el uso de los móviles, porque distraen demasiado la atención. Aunque no faltan expertos que reaccionan ante este género de medidas -en la Francia centralista la prohibición entró en vigor con carácter general a comienzos del curso pasado, por una decisión tomada en París-, porque quitar a los estudiantes sus smartphones podría originar otro tipo de distracciones y ansiedades.


Los directivos entienden que los alumnos van a la escuela a aprender, trabajando con sus profesores y sus compañeros. Ese objetivo se hace casi imposible a causa de la adicción a los dispositivos electrónicos. Porque los estudiantes tienden a empeorar sus resultados cuando gozan de conectividad a Internet en las aulas: hasta un 5%, según un estudio de Rutgers University. Al contrario, la escuela debe fomentar la capacidad de superar las distracciones para concentrar la atención en lo que importa en cada momento.