Refinerías, fábricas, el metro, escuelas, casas, incluso iglesias. El Ejército ruso es una trituradora en la ciudad de Járkov y en toda su región. El fuego artillero y los misiles actúan como una piedra de molino, un proceso lento pero inexorable que reduce todo a cenizas. La zona norte de la capital y los pueblos situados en ese área son los más castigados por los ataques debido a su cercanía con las posiciones rusas. También las localidades situadas en el radio del fuego ruso en el resto de la región son martilladas cada día. Todo esto ocurre en el marco de un mundo occidental que no hace nada para detener al criminal de guerra y presidente de Rusia, Vladimir Putin. Este genocida ya expresó que quiere borrar del mapa a Ucrania y sus ciudadanos.


La cultura, destrozada

Más de 150 sitios culturales han sido parcial o completamente destruidos en cuatro meses de guerra en Ucrania, anunció en París la Unesco, la organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura. "Según las verificaciones realizadas por los expertos, afirma un comunicado de la Unesco, 152 sitios culturales fueron destruidos parcial o completamente por los combates. Entre estos, 50 lugares religiosos, 30 edificios históricos, 18 centros culturales, 15 monumentos, 12 museos y siete bibliotecas. En tres regiones se concentraron tres cuartos de los daños registrados después del 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa: Donetsk (45 sitios afectados), Kharkiv (40) y Kiev (26).


Decenas de muertos

En las últimas horas se recuperaron 10 cuerpos de civiles muertos por bombas rusas en Pryshib, una pequeña localidad del área de Izium. También, cinco mujeres murieron por un bombardeo. Desde el martes, al menos una treintena de civiles han perdido la vida en la región de Járkov en distintos ataques, en los que se han destruido numerosas infraestructuras, como un instituto, vagones almacenados en un depósito de la empresa del metro, casas y centros industriales.

Ataques más frecuentes

La situación en Járkov, de donde huyeron alrededor de dos tercios de sus 1,4 millones de habitantes, es cada vez más inestable debido a que los ataques rusos son cada vez más frecuentes después de semanas de tranquilidad.

Redacción Diario de Cuyo