Señor director:

Los italianos dicen que al zapallo, hagas como lo hagas, siempre es zapallo. Siguiendo el sentido del dicho, los peronistas, llamen como se llamen, -kirchneristas, renovadores, menemistas, etc.-, siempre son peronistas.

Se caracterizan por su avidez para tener el poder y cuando lo ostentan lo ejercen con autoritarismo, desbordes democráticos y marcada tendencia a la corrupción.

Los valores morales y las acciones racionales y equitativas, la República y la Democracia son temas secundarios frente al dominio del poder.

Cuando lo pierden recurren a propuestas demagógicas y populistas. Operaciones políticas cuyos objetivos buscan minar el gobierno de los no peronistas.

Su reciente accionar legislativo sobre el proyecto de reforma electoral -que evidentemente atentaba contra las trampas electorales a las que son afectos-, y el proyecto de ley de reforma sobre ganancias, son pruebas irrefutables de su unión, por los postulados y actitudes arraigados genéticamente desde el nacimiento que se auto identifican como movimiento. 

Las "diferencias" existentes entre ellos, sólo desaparecen frente a los no peronistas.