Señor director:


Si hay algo que la humanidad comparte en estos tiempos es la misma carga de estrés, generada por la pandemia que afecta la salud, la economía y ese mundo individual y social que hasta hace unos meses compartíamos. Todos estos cambios que sufrimos nos hacen que estemos un poco nerviosos y a veces nos comportamos de forma indebida. Es el caso que me tocó presenciar en un comercio de nuestra provincia, cuando empleado y cliente no mostraron empatía entre sí. El cliente por tener poca paciencia para esperar a ser atendido, mientras que el vendedor, mostraba su poco interés por atender la necesidad del cliente. Fue un buen momento para reflexionar sobre este tema en el cual no nos sabemos poner en lugar del otro. Y, teniendo en cuenta la difícil situación que todos vivimos, ya sea por los temas que nos afligen como el sanitario, económico, laboral, social y político. Es por eso que cabe decir que necesitamos bajar un poco los decibeles de intolerancia. Todos vivimos un común denominador. Se trata de un tiempo impensado por toda la humanidad. Hoy nos toca vivir un tiempo en el cual necesitamos tratarnos más que bien, para darnos ese buen ánimo con el cual enfrentar la vida. En este caso, el vendedor, dejando sus problemas en la puerta, del lado de afuera de su trabajo y el cliente, sabiendo que el empleado tiene tantos problemas como él y que necesita una sonrisa amable, un buen trato, un gesto que lo haga sentir bien y sienta que emocionalmente está cada día mejor para cumplir con su tarea. Estos son tiempos para darnos ánimo y tratar de ser más solidarios y empáticos. Sin dudas que será un granito de arena que colocaremos para la convivencia social que ayudará también a combatir y vencer las adversidades.


Ramón Ochova
Poeta - Periodista