Señor director: 


Quiero plantear una situación que afronté ayer, en ocasión de concurrir a las oficinas del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) para conseguir un turno para mi hermana que necesita reinscribirse y completar datos para aspirar a una vivienda. Accedí a hacerle ese favor porque en el lugar donde ella trabaja no le dan permiso para realizar este tipo de trámites y si falta o se ausenta le descuentan las horas de su salario. Pero esta situación fue muy difícil de hacérsela entender a la señora que da los turnos, quien se mostró insensible y mal educada al darme a conocer la negativa, a pesar de exhibirle los documentos de identidad correspondientes. 


Deseo aclarar que mi hermana intentó realizar el trámite exponiéndose a una sanción en su trabajo, pero en esa ocasión se encontró con que otra mujer encargada de otorgar los turnos le dijo que no podía registrarla porque ya había apagado la máquina (computadora). Es por eso que mi hermana me pidió que me encargara para ver si tenía mejor suerte. 


Si bien es muy bueno el sistema de turnos que se ha implementado hace poco, hay que poner gente educada y tener sentido común. Nadie entrega un documento de identidad a extraños, ni nadie concurre a pedir un turno si no es para un familiar o persona allegada. 


No se considera que hay personas que tienen problemas para ausentarse de sus trabajos. De lo contrario que implementen la forma de dar turnos en horarios no habituales, es decir a contraturno o a partir de las 12.30 horas. 


También es necesario que se exija a los empleados de esta repartición más respeto, menos mate y menos celular, y que atiendan mejor.