Señor director:


En la historia existen hechos que se escribieron de acuerdo a determinada orientación política. La otra parte de la historia, por lo general no se recuerda. Al fin y al cabo, parte de un pasado que se negará, pero que en definitiva forma parte de la historia y no se puede borrar. Los protagonistas del pasado ya no existen, solo quedaron los hechos, que bien o mal, forman parte de la historia Argentina. Porque hay argentinos que saben leer las dos historias, para evitar que se repitan. El 11 de julio del año 1955, hace 65 años, el gobierno enfrentado con la Iglesia Católica, mando quemar las iglesias, muchas en Buenos Aires, como en distintas provincias, porque interpretaba que era la culpable de su derrocamiento como gobierno de los "descamisados''. No soy historiador, ni revisionista, sólo que mi memoria me hace recordar que ese hecho de perseguir a los católicos y sus instituciones, me tocó muy de cerca. Mi madre era presidente de AMAC, "Asociación de Mujeres de Acción Católica'', de la Parroquia de Concepción. Todos los días a primera hora de la mañana, estas mujeres llegaban al templo para custodiarlo de las amenazas de incendio y profanación por fanáticos partidistas del Gobierno nacional. Según mi madre, las órdenes eran romper imágenes, orinar en los cáliz y prender fuego al templo. Pero la valiente acción de estas sanjuaninas de AMAC, impidieron estas acciones. Todos los días se celebraba misa por el padre José Masson, permaneciendo por horas dentro de la iglesia. Ella estuvo "vigilada'' e "intimidada'', durante muchos días. Mi madre, de reciente viudez, dejaba en su casa a seis niños, la más grande de 10 años. No escatimó en defender su fe y su devoción a Dios. En Buenos Aires estas represalias por parte del gobierno llegaron a incendiar muchas iglesias. Cuando intentaron incendiar la Catedral de Buenos Aires, no lo hicieron, por "orden superior'', porque allí estaban los restos del General José de San Martín. Sólo saquearon y destrozaron su interior. La historia nos enseña cuando se sabe leer, a efecto de no cometer los mismos errores, que tanto dañan a la gente, provocando eternas grietas difíciles de cicatrizar.


Leopoldo Mazuelos Corts
DNI 5.543.908