
A propósito del natalicio de Domingo Faustino Sarmiento, el 15 de febrero 1811, es pertinente reflexionar y hacer reflexionar a los que tomaron tamaña decisión, acerca del cierre del Colegio Argentino, en Asunción del Paraguay. El motivo: por falta de presupuesto, argumento que no resiste el menor análisis. Recordemos que en el ocaso de sus días, el Maestro de América decidió viajar a Paraguay por razones de salud. Aquí residió primeramente en el hotel "Cancha Sociedad", antiguo sitio que había pertenecido a Elisa Lynch, mujer de Francisco Solano López. Luego y merced a donaciones, le obsequiaron un terreno, donde Sarmiento levantó su casa lindante al hotel. En esta residencia pasó días felices, trabajando permanentemente en quehaceres domésticos y recibiendo amigos y admiradores. Luego de su muerte, la casa quedó abandonada por varios años. Un hito fue la iniciativa de jóvenes paraguayos, en 1923, que allí funcionara una escuela. El gobierno argentino se mostró complacido con la idea. Este es el inicio cronológico del tema en cuestión. La historiadora Liliana Brezzo expresa que "en el mes de marzo de 1985, el Ministerio de Educación y Culto de la República de Paraguay resolvió autorizar el funcionamiento en carácter particular de una escuela primaria. Con esta inauguración se concretaba un propósito cuya realización había demandado casi un siglo de gestiones. El Colegio Argentino, al que en la actualidad asisten niños argentinos-paraguayos, funciona en el ‘Solar Sarmiento’ que incluye dentro de sus instalaciones la casa que éste se hizo construir durante su residencia en Asunción". Dicho esto, esta decisión, parafraseando al Gran Maestro, constituye un acto de barbarie, es un ataque al corazón de nuestro patrimonio histórico-cultural. Recordemos que si queremos crecer como nación, debemos, como decía el Dr. Felix Luna, "buscar la identidad nacional a través de la Historia".
Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor Educación Nivel Medio
