Señor director:

La basura en distintas calles de Rivadavia no se aguanta. Si bien es cierto, la limpieza por la cual se paga debe ser todos los días del año. Durante esta temporada de verano, se nota aún más la presencia de verdaderos basurales. Me refiero en especial a la calle Dorrego frente a la plaza San Juan Pablo II y otras calles donde los inadaptados de siempre arrojan residuos de toda clase. Esto se repite en algunos sectores del barrio Aramburu y otros sitios del departamento.

Es probable que esta gestión de gobierno rivadaviense carezca de camiones y/o personal para hacer esa tarea de forma diaria. Pero es una cuestión fundamental que hagan la limpieza, porque es un foco de infección. Abundan las moscas, mosquitos y distintas clases de alimañas.

Los perros rompen bolsas de basura y las calles se transforman en verdaderos basurales, foco de cultivos de diversas enfermedades que afectan a la población.

Esperamos que desde el municipio, sus autoridades tengan la buena voluntad de pasar diariamente para llevarse la basura de la calle y que hayan inspectores que puedan denunciar a los infractores de dejar residuos en la vía pública. Todo tiene un límite y estos vándalos, deben ser sancionados.